- Todo es posible tras una puerta amarilla, se puede leer sobre la entrada del escape room Logical, en el bajo del portal 9 de la calle Alfonso el Batallador de Iturrama, Pamplona. Su propietaria, Iraia Sanz Urtasun, se ha propuesto hacer que todo sea posible también tras la tapa de una cesta. La caja de esparto, del tamaño de una maleta de mano, contiene las instrucciones y el material necesario para montar un escape room en casa.

El envío a domicilio es una alternativa evidente para los comercios de comida en tiempos de pandemia, pero Iraia no tiene constancia de ningún precedente en su sector. "Se han hecho juegos descargables, pero me parecía que a esa opción le faltaba la parte más fundamental del escape room, la presencial, la que permite moverse y tocar las cosas", explica.

Su innovadora idea se le ocurrió durante el confinamiento domiciliario como una manera de hacer frente a la crisis. "Las restricciones de la pandemia nos perjudicaron igual que a todos los pequeños negocios", lamenta. Recuerda como "antes del coronavirus su empresa siempre funcionó fenomenal".

Ese periodo duró cinco años, desde el boom de las salas donde los clientes se encierran voluntariamente para intentar escapar durante un determinado tiempo. "En 2015, fuimos toda la cuadrilla a Barcelona y participamos en un escape room que nos encantó, así que pensamos que molaría montar uno en Pamplona".

Tras un lustro de éxito su sector ha entrado en un paréntesis, aunque Iraia espera cerrarlo "en estas navidades, cuando la gente tiene vacaciones y demanda opciones de ocio que ahora mismo escasean". "Seguimos ofreciendo los escape room presenciales igual que siempre, aunque con todas las medidas sanitarias", anuncia.

Además, destaca que precisamente "si algo tienen los escape room es que te concentras tanto que te evades por completo y disfrutas como nunca". "Son adictivos", concluye. Esa capacidad de su negocio para darle la vuelta a la situación queda perfectamente reflejada en el juego portátil que ha diseñado. La historia que esconde la cesta se llama Lo que faltaba, en referencia a "todo lo surrealista que nos puede deparar la nueva normalidad", concreta. El juego parte así de la actual situación, pero la "afronta con humor y entretenimiento", subraya.

Poco más se puede desvelar, ya que es el cliente quien tiene que destapar las pistas. Uno de los participantes debe leer las instrucciones, colocar el material según esté indicado y hacer de guía para el resto de jugadores. "Siempre hay alguno al que le gusta hacer ese papel, que puede ser hasta más entretenido", asegura. Esto no ocurre en la modalidad convencional, donde la propia Iraia hace el papel de guía.

Todas las opciones de escape room y sus detalles pueden consultarse en la web logicalpamplona.com. Luego solo queda intentar salir, sobre todo ahora que tanto cotiza ese verbo.

"En un 'escape room' te concentras tanto que te evades por completo"

Propietaria de Logical