pesar de no celebrarse la tradicional cabalgata por las calles más céntricas de Pamplona, los Reyes Magos no fallaron a la cita e inyectaron toneladas de ilusión a cientos de niños y niñas que disfrutaron de sus Majestades de Oriente y del espectáculo Stella. El viaje de los Reyes Magos que se representó tres veces a lo largo del día en el Navarra Arena.

La primera sesión comenzó al mediodía y una hora antes ya había bastantes familias en los aledaños del Navarra Arena esperando a que abrieran las puertas del recinto. “A los Reyes Magos les he dicho que quiero un bebé llorón, un unicornio, unas pinturas y alguna sorpresa”, comentaba Marina. Su hermana, Marta, también deseaba el bebé llorón además de un juego de mesa. “Se han portado estupendamente y este año se merecen todos los regalos que pidan”, aseguró su madre. Enara, Noa e Isei también estaban impacientes por ver a sus Majestades de Oriente: “Queremos entrar ya”, pedían. En su caso, habían encargado específicamente a Melchor “una tortuga de verdad”. A las once y media, se abrieron las puertas y empezaron los agarrones de abrigo por parte de los más pequeños. “Corre, corre, mamá, que ya se puede entrar”, gritó un hijo a su madre. En el interior, los pajes reales ayudaban a los asistentes a encontrar su localidad.

Los Reyes Magos tuvieron dificultades con los camellos en Roncesvalles debido a la inmensa cantidad de nieve en la frontera por lo que usaron un helicóptero que les dejó en el estadio de El Sadar.

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En los instantes previos al espectáculo Stella, el emisario real comentó que el viaje habían sido muy largo y complicado: “Niños y niñas, nos ha costado mucho llegar a Pamplona, pero ya estamos aquí”, señaló el emisario real. Explicó a los más pequeños que los tres Reyes Magos habían llegado en camello hasta Roncesvalles, donde se encontraron con una gran nevada y “ no teníamos cadenas. Por eso, hemos venido a Pamplona en helicóptero y acabamos de aterrizar en el estadio El Sadar”, añadió.

Durante el viaje, informó el emisario, “un miembro se ha contagiado de coronavirus”, pero antes de que los niños se asustaran matizó que no se trataba de ninguno de los tres reyes: “Ha sido el camello Casitose y solo tuvo fiebre, niños y niñas. Se curó pronto. ¿Cómo? Tenía que toser para que se saliera el virus y ya está”, bromeó.

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Debido a la pandemia, además de muchos juguetes como “la Play Station 5 o el Iphone 12”, este año Sus Majestades también trajeron mascarillas y zapatillas de andar por casa: “Hemos estado mucho tiempo encerrados”, volvió a bromear. Por último, justo antes de que comenzara Stella, el emisario se quiso acordar de los abuelos y las abuelas: “Sabemos que este año no lo han pasado bien y por eso para ellos hay un regalo muy especial”, expresó. Sin dar tiempo a desvelarlo, dos niños gritaron efusivamente desde la grada: “¡¡¡La vacuna, la vacuna!!!”. “Pero qué público tan listo tenemos. Sí, es la vacuna y se la tienen que poner para que dentro de poco les podáis abrazar”, contestó.

La primera de las tres funciones del espectáculo tuvo lugar ayer al mediodía con una duración de una hora exacta. El resto de sesiones fueron a las 16.00 y 19:30 horas. A cada función acudieron 1.078 personas, muy por debajo del total de espectadores que podrían asistir en una situación normal, alrededor de 10.000.

Stella, la estrella de Belén, es la protagonista y su misión es anunciar a Sus Majestades los Reyes el nacimiento del niño Jesús. Para ello, viaja a las tierras del norte para avisar a Melchor, hasta el desierto de Asia para encontrar a Gaspar y hasta el corazón de África para anunciar la buena nueva a Baltasar. Una vez avisados, los tres aparecen para traer la alegría a todos los niños.

El teatro-circo cuenta con mas de 50 actores que bailan danzas con música de violines, violonchelos, contrabajos, guitarras, batería y piano entre otros. La producción musical y técnica corrió a cargo de la empresa navarra Suakai. Además, aparecieron malabaristas , abanderados, tigres peleando, pájaros de colores y acróbatas dando saltos, volteretas y pinos en colchonetas.

Al final del espectáculo llegó el momento más esperado: la salida al escenario de Melchor, Gaspar y Baltasar, que se sentaron en unos sillones mientras los niños y niñas no paraban de gritar.

Los tres Reyes Magos comentaron que eran conscientes de que habían sido “un año muy duro” para los más pequeños, pero que también sabían que se habían portado muy bien y que habían “obedecido” a los padres. Por eso, les aseguraron que traían con ellos todos los regalos que les habían pedido por carta. Baltasar rogó a los niños que les dejaran comida “porque esta noche es muy dura”.