Ocho de la mañana. Una trabajadora de la Escuela Infantil Goiz Eder, en la Rochapea, abre la puerta del centro. Los padres y madres ya pueden dejar -hasta las 9.30 horas- a sus hijos y recogerlos al mediodía. Sin embargo, no se percibe el trajín de otros días, ningún conductor aparca en doble fila y sale del coche con prisa porque llega tarde a su trabajo. La estampa es extraña, pero una pancarta que decora una de las vallas de la escuela infantil da una pista: 12 de febrero. Huelga. Por nuestros derechos.

Ayer era jornada reivindicativa, de protesta. Y los trabajadores de Goiz Eder salieron en una amplia mayoría a la calle para manifestarse contra el acuerdo de Navarra Suma y PSN de introducir progresivamente un modelo mixto con actividades en inglés. En concreto, de sus 18 empleados, el 83,33% han ejercido su derecho a huelga. “La valoración que hacemos de la huelga es de un éxito total”, aseguró Aintzane Buldain, trabajadora de Goiz Eder que en esta jornada de huelga cubrió los servicios mínimos “sustituyendo” a la directora.

Las agujas del reloj siguen avanzando y dan las nueve menos cuarto. Ningún txiki ha entrado y tampoco se ven en el horizonte. En los 45 minutos que quedan hasta las nueve y media solo tres niños de los 76 matriculados acudieron a Goiz Eder.

Los datos hablan por sí solos: a caminantes en castellano no fueron a clase ninguno de los ocho txikis matriculados, en lactantes en euskera de 16 niños y niñas ayer no había nadie en el aula, en medianos-mayores en euskera de los 24 matriculados solo fueron dos y en mayores euskera uno de 28. “Con estos datos, las familias han apoyado rotundamente nuestra reivindicación. Y seguramente, de los tres que han venido lo han hecho porque sus padres no tenían con quién dejarlos”, afirmó Buldain.