Navarra Suma y los promotores de la nueva zona comercial en la avenida Zaragoza van de la mano para poner en marcha el proyecto después de que el Gobierno foral paralizara el expediente urbanístico que estaba tramitando el Ayuntamiento de Pamplona por carecer del proceso de participación ciudadana que establece la normativa.

En un tiempo récord, el Ayuntamiento y los propietarios del terreno han puesto en marcha no uno, sino dos procesos participativos a cargo de la misma empresa contratada por el Consistorio.

El primer proceso participativo se celebró el pasado 15 de marzo. Al día siguiente, los propietarios del terreno pusieron en marcha un segundo proceso participativo, en los mismos términos que el del Ayuntamiento, solo que concretando los usos que tendrán las distintas parcelas del terreno.

Pese a tratarse de expedientes diferentes -el Ayuntamiento plantea una modificación estructurante y los particulares la modificación del plan parcial- el procedimiento se ha realizado de forma simultánea, con un intervalo de 24 horas entre el primer proceso participativo y el segundo.

Con este solapamiento, el proceso de participación ha quedado desvirtuado ya que ha obviado cualquier resultado posible del plan de participación de la modificación estructurante, actuando al margen del mismo.

El terreno en cuestión está situado en el límite entre Pamplona y Galar, colindante con el centro de atención animal. Tiene 59.467 metros cuadrados, parte de los cuales se destinarán a acoger una gran superficie comercial a la que se oponen vecinos y comerciantes por el efecto que puede tener en el tejido social y productivo en los barrios más próximos (Azpilagaña, Milagrosa e Iturrama) y del resto de la ciudad.

El alcalde Enrique Maya hizo referencia a este terreno en la polémica entrevista radiofónica de hace tres semanas en la que aludió a la diferencia de precio entre el comercio local y las grandes superficies, declaraciones que tuvo que rectificar inmediatamente después tras las críticas de las 10 asociaciones de comerciantes de Pamplona y de la Asociación de Comerciantes de Navarra.

En dicha entrevista, Maya descartó la construcción de una superficie comercial en la parcela de la avenida de Zaragoza y explicó que "ahí lo máximo que se está planteando es una superficie, como mucho, de 5.000 metros cuadrados construidos, que no es ni de lejos una gran superficie. Eso daría para un Mercadona o algo del estilo, no más".

Tres alternativas para la superficie comercial

En realidad, los dueños del suelo (Elsario SL y Jamyda Patrimonios SL) han presentado tres propuestas, incluyendo en todas ellas una gran superficie comercial que oscila entre 6.100 y 11.100 metros cuadrados, y sin viviendas en ninguno de los casos.

La primera alternativa propone destinar 11.109 m² para uso comercial de altura B+1 y 9.100 m² para una residencia de estudiantes.

La segunda opción plantea la misma parcela para uso comercial, pero en vez de una residencia incluye un edificio para oficinas.

La tercera propuesta contempla dos parcelas comerciales (una de 3.175 m² y la otra de 2.933 m²), además de una residencia comunitaria en la parcela de 9.100 m² y un edificio de oficinas en la parcela de 5.000 m².

El nuevo expediente de Navarra Suma deja serias dudas tanto en el fondo como por las formas. Varios de los participantes han señalado que el proceso participativo fue un "paripé", que la decisión ya está tomada de antemano y que no se ha cumplido ni el mínimo exigible para respetar la apariencia de un proceso participativo, donde ciudadanos y asociaciones tienen derecho a plantear preguntas o propuestas y que éstas sean atendidas, al menos formalmente.

Pese a las preguntas formuladas durante el proceso participativo por representantes de los comerciantes, los responsables del Ayuntamiento se limitaron a decir que el proyecto previsto era el mejor para la ciudad, pero sin aclarar las razones para llegar a tal conclusión, ni responder a las cuestiones planteadas ni explicar por qué no se había introducido la opción de construir viviendas, al menos para ser debatida en el proceso abierto a la ciudadanía.

En un plano más político, habrá que ver si la decisión de no incluir en el proceso participativo a los grupos municipales de EH Bildu y Geroa Bai -que desde el principio se han posicionado en contra el proyecto al entender que sería mejor construir vivienda- ni al PSN tiene consecuencias.