Una inversión de un millón y medio de euros, poner la casa patas arriba durante casi un año y, para más inri, en medio de una pandemia. No es de extrañar que dudaran si era el momento más oportuno y se lo pensaran dos veces, pero, al final, se lanzaron a la piscina.

“Tras muchas reflexiones, decidimos acometer este proceso porque la renovación era muy necesaria. Los clubes debemos invertir y evolucionar”, asegura Joaquín Echenique, gerente de Oberena, que a primeros de junio estrenó sus nuevas instalaciones. Oberena se pone guapa.

Los trabajos han consistido en la renovación completa del bar, salón social, restaurante, cocinas, aseos y la terraza, todos ellos ubicados en la planta baja del edificio social. Además, se ha creado anexo un nuevo espacio infantil y juvenil de más de 300 metros cuadrados con sala de cumpleaños y zona de juegos-que si la pandemia lo permite se inaugurará en septiembre- y en la parte superior un nuevo solárium del que ya están disfrutando los socios.

Todas estas renovaciones se enmarcan dentro de la primera fase del Plan Director, elaborado conjuntamente por la Junta Directiva del club y ADC Arquitectos y aprobado por unanimidad por la Asamblea de Compromisarios el 25 de junio de 2020.

Los socios también jugaron un papel esencial ya que aportaron sus opiniones tanto de forma presencial como a través de encuestas. “Sobre todo nos dijeron que se debía mejorar el bar y el salón social. Te mezclabas con los que estaban de cumpleaños, jugando a cartas, leyendo, viendo la televisión, comiendo o echando unas cervezas. Se ha cambiado todo y se ha creado un salón social y una zona de bar totalmente diferenciadas”, explica el gerente de Oberena, que valora el resultado positivamente. “Estamos muy contentos”, añade.

Dificultades

Eso sí, la renovación de las instalaciones no ha sido un camino de rosas y los trabajos han durado nueve meses, cuando estaba previsto finalizar en ocho. La principal dificultad, señala Joaquín, compaginar las obras con el día a día de la entidad deportiva, recreativa y social.

“Oberena no para y no puede cerrar. Ha sido muy complejo que el club estuviera abierto y que a su vez se llevaran a cabo los trabajos de renovación”, asegura. Por ejemplo, en esa especie de equilibrio, las cocinas, el bar y el restaurante se reformaron cuando la hostelería navarra estuvo cerrada.

Además, debido a las restricciones productivas derivadas de la pandemia, sufrieron problemas de abastecimiento de materiales. En concreto, de aluminio, que necesitaban para la chapa metálica envolvente y microperforada del nuevo espacio infantil y juvenil.

También se enfrentaron a dificultades técnicas del propio proyecto, como la excavación que conectará con la segunda fase del Plan Director: un nuevo edificio de 1.200 metros cuadrados para un nuevo gimnasio que duplicará el tamaño del actual, varias salas de actividades y nuevos accesos al club.

En principio, tenían previsto comenzar las obras el próximo mes de septiembre, pero Oberena ha decidido retrasarlas al manos un año “por el impacto que la pandemia ha tenido en las cuentas de la entidad”, apunta el gerente.

Recuperar socios

El gerente de Oberena confiesa que han vivido este año y medio de pandemia con una “doble preocupación”. Por un lado, comenta, porque no han podido atender a los socios como les hubiera gustado. “Y casi hasta día de hoy, porque, por ejemplo, la sauna sigue cerrada. Nos apena que hayan recibido un servicio parcial”, subraya.

Por otro, inquietud por la merma de socios. “Sobre todo se han borrado personas que ya no venían de continuo, sino días sueltos”, informa. Desde el comienzo de la pandemia, señala, Oberena ha tenido una pérdida neta de 300 socios, pasando de 6.000 a unos 5.700 miembros.

El gerente de la entidad reconoce que les “encantaría” recuperar a esos socios y atraer a gente nueva. Para ello, hace un mes y medio pusieron en marcha una campaña de captación con una oferta por la que el socio que haga cuatro nuevos miembros no paga cuotas durante un año.

Además, los nuevos socios también tienen un descuento del 25% de sus cuotas ordinarias durante los primeros doce meses. “Está funcionando bien, pero poco a poco. Ya hemos conseguido 160 nuevos socios, más de la mitad de los 300 que perdimos con la pandemia, así que estamos contentos. Pero tenemos que seguir con ello”, finaliza.