La idea está clara y se resume rápido: "Ambiente fiestero y buen rollo". El antiguo Sua y menos antiguo Suberri ha vuelto a la carga tras más de un año con la persiana bajada. Aritz, Edurne, Aitor y Natalia son los nuevos responsables del Zazpi, con sus puertas abiertas jueves, viernes y sábados. El logo ya luce junto al número 7 de la calle Calderería de Pamplona. El 7 de San Fermín y de las provincias vascas. "Un nombre de consenso que nos gustaba a los cuatro", reconocen.

Viejos conocidos del Gunea, que regentan desde hace una década Aritz y Natalia, duplican barra en la otra acera de la calle. "Era una gran oportunidad que no se podía dejar escapar. Nunca se sabe lo que va a durar el Gunea, o lo que puede durar esto. Pero había que intentarlo", concreta Aritz, natural de Irurtzun. "No es cualquier bar, tiene nombre y está en una calle importante. Nos hemos metido con la idea de que la noche vuelva a tirar", añade la zizurtarra Natalia. Porque ahora mismo, "a nivel general, si sacas para cubrir los gastos ya tienes que estar contento. Personal, proveedores, alquiler, suministros... cuesta llegar con un 60% de aforo y un horario súper limitado".

"Hemos entrado cuando hemos tenido la oportunidad, pensando en un futuro cercano", apunta Aitor, vecino de Barañáin, con la mente puesta en la vieja normalidad. "Y con este equipo puede salir adelante", asegura Aritz. Los cuatro garantizan que tirarán "buenas copas" con variedad de marcas. En un ambiente sin complejos: lo mismo puede sonar un tema euskaldun que Rafaela Carrà, Kaotiko, Juan Luis Guerra, reguetón o flamenco. Música "fiestera, variada y bailonga". Porque, independientemente del estilo, "a la gente lo que le gusta es bailar", afirman. Por último Edurne, vecina de Arakil, dice que es "duro estar encima de la gente, ponte la mascarilla, no te levantes... normas que nos han impuesto y debemos transmitir. Ofrecemos un lugar con buen rollo y fiesta, pero también pedimos que entiendan la situación. Y que se animen y vengan a conocernos. Se lo van a pasar bien".