El Ayuntamiento de Pamplona está actuando en todos los entornos escolares de la capital para mejorar sus pasos de peatones y así aumentar la seguridad en esas zonas. Este objetivo se ha marcado como una de las prioridades de las políticas municipales durante la presente legislatura, y, tras una valoración de la seguridad de cada uno de los puntos, los trabajos han empezado en los más prioritarios, pero llegarán hasta cada uno de los 60 entornos escolares delimitados en Pamplona. Este año se han destinado a este fin un total de 350.000 euros. Los 386 pasos de peatones que se encuentran en los aledaños de alguno de los centros educativos de Pamplona van a ser mejorados en cuanto a su visibilidad, iluminación y señalización, para así mejorar la seguridad de los alumnos y alumnas y de las personas que les acompañan a diario. Se trata de un primer paso en la mejora de todos los entornos escolares de Pamplona, que se está acometiendo progresivamente según el grado de peligrosidad detectado por un estudio realizado por el área de Seguridad Ciudadana del Consistorio.

El análisis de la situación de cada entorno escolar ha permitido al Ayuntamiento priorizar los trabajos y arrancar en las zonas que estaban peor valoradas y que por tanto ofrecían mayor riesgo. De esta manera, ya están finalizadas las actuaciones en el entorno de San Cernin/El Huerto (calles Mº Alloz, Urdax y Barañáin), Jesuitinas (calles Zúñiga y Mendigorría), o de Ana Mª Sanz (calles Milagro y Magdalena). Asimismo, ya están en ejecución los entornos de Vírgen del Camino (calle Imárcoain), y Esclavas del Sagrado Corazón (calles Zúñiga y Mendigorría); y a lo largo de las próximas semanas se acometerán los trabajos en las zonas de Mendillorri I (calle Concejo de Ardanaz), Mendillorri II (calle Señorío de Eransus), Santísimo Sacramento (calle Abejeras y Serafín Olave), y Colegio Público de Buztintxuri.

Para concluir cuál era el nivel de peligrosidad de cada uno de los entornos escolares, el área de Seguridad Ciudadana ha trabajado con un algoritmo basado en aspectos clave como la visibilidad de los pasos, su señalización e iluminación, así como la anchura del cruce de la calzada, los aforos del entorno o el estado y distribución de la semaforización y la peatonalización. También se ha tenido en cuenta la situación específica de cada centro escolar y el número y edad de los alumnos y alumnas que acuden a sus instalaciones cada día.