En el centro de estética de la calle río Arga no parece que hace poco más de dos meses el agua cubriera unos 70 centímetros. Los muebles hinchados por humedad y el testimonio de su dueña atestiguan el gran trabajo que ha hecho falta para reabrir.

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"Los clientes se han portado muy bien", es lo primero que relata Mia López, propietaria del negocio de estética, que ella misma define de "primera línea de río". "Gracias al apoyo y la ayuda que nos dieron los vecinos y clientes pudimos abrir rápido y solo estuvimos cerrados 3 días", afirma. Las Navidades del 2022 no pasarán fácil a su olvido. A través de su perfil de Facebook, Mia Estilistas, fue compartiendo el alcance del daño que provocó la riada y recibió el ánimo de su entorno más cercano, el de una peluquería de barrio.

"Hasta el día 17 no tuve ordenador, porque se dañó con el agua. Cogí citas a mano y luego las tenía duplicadas...", resumen López el proceso de volver a funcionar el negocio.

El trato con los seguros tampoco ha sido plato de buen gusto para la peluquera. "Se han portado muy mal. No estoy contenta con el trato recibido", dice descontenta también por el duro trato del perito desplazado al negocio y la oferta de una tasación bastante menor de la que ella considera que está dañada. "Son menos de 10.000 euros de lo que hemos perdido", expresa sin querer entrar en detalles.

El suelo cerámico que instalaron no ha sufrido apenas con el agua, que otros establecimientos con suelos de madera. "Mi marido es electricista y puso todos los enchufes altos. Gracias a esto la electricidad se ha salvado", comenta López. Otros bienes como las puertas u otros muebles de no han tenido tanta suerte.