La rotonda de San Adrián, la que transformará la actual intersección entre la carretera del Eje del Ebro, el polígono industrial y la travesía de la localidad en una glorieta cerrada que permita a los usuarios enlazar con todas las vías, será una realidad el año que viene. Tal es la prioridad del proyecto que el Gobierno de Navarra acordó ayer declarar urgente, a efectos de expropiación forzosa, la ocupación de bienes y derechos afectados por las obras de esta rotonda.

La actuación tiene un presupuesto total de 999.346,83 euros y la infraestructura contará con un radio interior de 25 metros y uno exterior 30 metros. El objetivo es permitir todas las conexiones con los viales existentes.