Con el objetivo de inculcarles la importancia y el valor que tienen todas las profesiones que existen, y que en muchos casos realizan sus padres y madres, los txikis del Modelo D del colegio público Ángel Martínez Baigorri de Lodosa han ido descubriendo poco a poco de forma visual, teórica y práctica muchos de estos trabajos.

Y es que, de acuerdo con Maite Munárriz, una de las tutoras de Educación Infantil, “la idea era que vieran que el papel de todos es importante y que no hay un trabajo mejor o peor”, por este motivo han conocido, entre otros, la función del conserje del colegio, han estado con las personas que limpian el centro, han visitado a los bomberos, han ido al Ayuntamiento, a la residencia de ancianos, a un comercio, han descubierto el papel de los agricultores, han visto cómo trabajan los electricistas e incluso han entrado a un taller de la localidad.

“Entendemos que la escuela no tiene por qué ser un espacio cerrado y hermético sino que debe ser un reflejo de la sociedad, por eso creemos que el hecho de que conozcan y vean lo que hay, en este caso en Lodosa, es beneficioso. Además, la implicación de las familias, hacerles partícipes de estas actividades, es muy importante”.

En la actualidad en el Modelo D de Lodosa hay un total de 34 alumnos; diez en 3 años, diez en 4 y 5 años, y 14 en 1º, 2º y 3º de Educación Primaria.

Aunque en Infantil echan en falta muchas cosas como, por ejemplo, los talleres internivelares con Primaria, lo cierto es que tratan de paliar la situación de la mejor manera posible. “Se hace mucho hincapié en la desinfección y la limpieza, se trabaja mucho más la autonomía. A los más txikis, a los de 3 años, les costó algo más adaptarse porque venían de estar mucho tiempo en casa y la separación fue más dura, pero la verdad es que todos se han adaptado estupendamente, han normalizado la situación y siguen sus rutinas”.

Los txikis, además, participaron recientemente en el acto que hubo en el Paseo en apoyo del euskera y los euskaltegis con una pancarta que realizaron en clase y la idea para después de Semana Santa es organizar un taller de emociones y sensibilización con ellos.