Finalizadas las obras de restauración del conjunto medieval de Ibero, ha llegado el turno de dar a conocer a la ciudadanía la actuación que se ha llevado a cabo en la torre y el puente, cuyo origen se remontaría al siglo XIV, un lugar lleno de historia. Y es que se trata de uno de los pocos ejemplos de complejo industrial medieval que se conservan en Navarra y, probablemente, la estructura más antigua entre las conservadas en la Comunidad Foral, según destacan desde el Gobierno de Navarra. A través del departamento de Cultura, Deporte y Juventud, suscribió un convenio con los ayuntamientos de Leitza y Goizueta para la restauración y puesta en valor del paraje de la torre y antigua ferrería medieval, situada en el término de Leitza pero a un kilómetro de Goizueta, a orillas del Urumea. La inauguración popular será hoy a mediodía, con lunch y música.

El presupuesto ha sido de 584.975 euros, a cargo del Ejecutivo. Por su parte, estos ayuntamientos de Leitza y Goizueta se encargan de garantizar la conservación, mantenimiento y divulgación del paraje de Ibero. También de facilitar el acceso al lugar y su entorno a través de senderos y parking además de conservar el caserío anejo y poner en valor los restos de la ferrería medieval, una tarea que se está llevando a cabo a través de auzolan para implicar a la comunidad y el territorio en la difusión del patrimonio cultural.

La actuación más importante ha sido en la torre, que tenía hundida la cubierta y los forjados. Destruida en varias ocasiones, el edificio actual se levantó durante el reinado de Carlos II de Evreux (1349-1387) para defender el complejo fabril ante los continuos ataques que se producían en la muga con Castilla, frontera de malhechores tras la conquista de Gipuzkoa por Castilla en 1200. Gracias a la madera de los bosques y a la fuerza de las aguas vivas y rápidas del río Urumea, esta ferrería tuvo un gran peso en la economía de la zona. Prueba de ello es que fue declarada ferrería mayor en 1752. Entonces producía 114.300 kilos de hierro al año.

La torre es rectangular, de 14 metros de alto por 10 de ancho, unos 12 de altura de promedio, aunque en origen llegó a alcanzar varios metros más. Su planta es cuadrada en fábrica de mampostería, de dos pisos que servían de granero hasta hace poco. El tejado es de cuatro aguas y su origen se podría situar en la época de Carlos II de Navarra, hacia mediados del siglo XIV. Cuenta con numerosos elementos medievales como la puerta de arco de medio punto de dovelas de piedra caliza y sus ocho saeteras. Hasta la década de los 70 del siglo XX la torre estuvo habitada como vivienda y en las décadas de los 80 y 90 se utilizó como almacén y lugar para guardar aperos de labranza, vinculado como dependencia auxiliar del caserío. La torre y el paraje de Ibero fueron declarados Bien Inventariado por la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana en 2014.

COMPRA Fruto de cuatro años de negociaciones, el Ayuntamiento de Leitza adquirió en 2011 los terrenos, 34 hectáreas de monte comunal, y los inmuebles, un caserío y una borda además de la torre, en 2011, para preservar el patrimonio material e inmaterial de esta joya de la industrial medieval. Supuso una inversión de 270.000 euros subvencionada al 30% por el Gobierno de Navarra. Tras pasar por varios propietarios a lo largo de los siglos, en 1892 fue adquirido por la Sociedad Mutua Contra Incendios de Leitza, conformada por el propio Ayuntamiento y un grupo de vecinos, 124 familias en total, a modo de inversión, para hacer frente a accidentes, incendios y desastres, un seguro de la época.

La historia de Ibero también es de pleitos entre los propietarios de la torre y el pueblo, que se remontan cinco siglos. Y es que existen referencias a conflictos que datan de 1536. Según se desprende de los documentos de la época, los dueños de Ibero extraían de los montes comunales de Leitza la madera y el agua que necesitaban para hacer funcionar sus ferrerías, con derecho a utilizar el río Urumea y las 426 hectáreas de monte comunal, origen del conflicto.