Todo comenzó en fiestas de Altsasu del pasado año para animar la celebración del día de las cuadrillas. Entonces se juntaron casi una veintena de músicos en una elektrotxaranga, un formato que toma el concepto móvil de las txarangas pero con otros instrumentos como guitarra, bajo y sobre todo voces para versionar conocidas canciones de rock, reggae y ska principalmente. Así, llevan a cuestas su equipo de sonido y tampoco necesitan escenario para animar las plazas y calles con su música. "En un principio era una elektrotxaranga popular, con músicos del pueblo que nos juntamos para pasárnoslo bien en fiestas", recuerda Jesús Palop, cantante de Elektrokela. Con 22 años es el más veterano del grupo. Luken Goikoetxea, de 16 años, es el más joven. Los otros componentes son Irune Guinea, saxofón; Hodei Alegre, percusión; Daniela Marques, percusión; Iñaki Cerezo, trompeta, Ekain Alegre, guitarra; Unai Manero, trombón, y Amaiur Goikoetxea, voz.

A pesar de su juventud, la mayoría proviene de otras formaciones como Haize Berriak, Fanfarre Zangitu, North Weapons y Atzapar Rock entre otros, con los que compaginan su afición a la música. "La electrotxaraga te da la oportunidad de tocar las canciones que se escuchan en los bares y también el público es diferente. El principal objetivo es animar a la gente", apuntan estos jóvenes. Tras su debut en fiestas, les gustó tanto la experiencia que decidieron continuar con la elektrotxaranga más en serio. Así, comenzaron en diciembre a ensayar, se pusieron un nombre, Elektrokela y crearon cuentas en distintas redes sociales. Pero llegó la pandemia, que lo cambió todo. Después del confinamiento volvieron al local de ensayo con más ganas todavía y durante el verano se juntaban todos los días. "Hemos ganado en calidad y también en infraestructura", comentan. Y es que han invertido en un equipo que cabe en un carro, un grupo electrógeno de 2.200 watios para enchufar los instrumentos y micrófonos además de altavoces. No obstante, les faltaba el calor de la gente, la razón principal del grupo. Su debut fue el pasado 28 de agosto, dentro de la programación de verano organizada por el Ayuntamiento de Altsasu. "Fue una experiencia muy bonita pero rara. La gente tenía ganas de fiesta pero había que evitar las aglomeraciones. Por ello, intentamos seguir las normas en todo lo posible y nos faltaba el feedback del público", recuerdan. Lo cierto es que dejaron muy buen sabor de boca, sobre todo por su calidad. Y es que se nota que provienen de la Escuela de Música y hay unos estudios detrás. En relación al repertorio, es una selección de una veintena de temas desde los años 80 hasta la actualidad, canciones que forman parte de la memoria de diferentes generaciones y que invitan a cantar y bailar, temas como Bidea gara, de Betagarri; Orekariak, de Skakeitan; Eres un hada, de Kojon prieto y los huajalotes y Vicio, de Reincidentes, entre otros temas.

"Cada uno de nosotros tiene sus gustos musicales pero los anteponemos a lo que le gusta a la mayoría", destacan. Pero con la covid-19 no corren buenos tiempos para las celebraciones y estos jóvenes músicos se tienen que conformar con seguir ensayando, en invierno menos por los estudios o el trabajo; y soñar con llenar las calles y plazas de los pueblos con su música cuando lleguen épocas mejores. "Una elektrotxaranga es un formato que se adapta muy bien a los pueblos pequeños porque no necesita ninguna infraestructura y la animación está asegurada", apuntan. Su último concierto fue este pasado domingo, con motivo de las celebraciones del décimo aniversario de la inauguración de la casa de la juventud Intxostiapunta y los 25 años desde la puesta en marcha del servicio de Juventud en el Ayuntamiento de Altsasu. Y es que Elektrokela fue la encargada de abrir un mes de octubre lleno de actividades. Si bien la lluvia impidió al principio que el concierto fuera en la calle, su medio natural, y también obligó a reducir el aforo, unos 40 jóvenes disfrutaron de lo lindo de su música en un concierto en el que volvieron a darlo todo. Las celebraciones de Intxostiapunta continúan este próximo domingo con un Scape room, a partir de las 18.30 horas y para el viernes 23 hay organizada una sesión de bertsoak. Los actos conmemorativos finalizarán el viernes 30 con la presentación de una revista que recoge las experiencias más destacadas a lo largo del camino realizado entre todos y todas y que ha sido posible gracias a la participación de numerosas personas jóvenes y colectivos.