Si bien el Departamento de Cultura, Deporte y Juventud restauró hace un par de años la torre de telegrafía óptica de Basaluze, con un presupuesto de 226.179 euros, muy pocas personas han tenido la oportunidad de verla, y menos por dentro. Situada a 675 metros de altitud, los accesos al castillo, como es conocida en Altsasu, no son fáciles, una pronunciada subida a lo que hay que sumar que el recorrido no cuenta con marcas claras.

"Nos daba pena que con todo el trabajo que se había hecho no se visibilizara. Queremos dar vida a la torre", apunta Andrés Bengoetxea, de Altsasuko Mendigoizaleak. Al respecto, recuerda que hacía tiempo que este club de montaña llevaba dándole vueltas a marcar diferentes recorridos para dar a conocer el privilegiado entorno natural de la villa y pensaron en comenzar con la subida a Bargagain. No en vano, el castillo se encuentra a medio camino de este alto de la sierra de Urbasa. Además, cuentan con la experiencia en la organización de la Hiru Mendi Zerrak, prueba de montaña de largo recorrido que atraviesa las tres sierras que rodean Altsasu, Urbasa, Altzania y Aralar.

Así, se pusieron en contacto con el Ayuntamiento de Altsasu, que acogió con ganas la propuesta. "El Ayuntamiento se debe encargar de la homologación", apunta Bengoetxea. La idea fue cogiendo forma y pensaron en socializar el proyecto. Para ello, han organizado una exposición en Gure Etxea con fotografías que hace un recorrido por la historia del club, constituido oficialmente en 1966, pero que venía de atrás. Así, reunieron 187 fotografías de la historia del montañismo de la villa además de otros objetos relacionadas con la montaña. Se puede visitar hasta el domingo, hoy de 18.00 a 20.00 horas y el fin de semana también al mediodía.

MAQUETA DEL CASTILLO POR FUERA Y POR DENTRO

La estrella de la exposición es una maqueta del castillo, una reproducción a escala 1:10 de cómo era en su origen, por dentro y por fuera, además de su mecanismo de señales sobre la cubierta. Ha sido un trabajo a cinco bandas. Dada la afición y maestría de Alberto Guzmán a las maquetas, desde Altsasuko Mendigoizaleak le propusieron realizar una maqueta, mientras que Jesús Guinea, Txuma Morcillo y el propio Andrés Bengoetxea se encargaron del mecanismo de señales. De la recreación del interior se encargó Cristóbal Lanz. Al respecto, Guzmán cuenta que en la torre vivían cuatro hombres y que la jornada laboral se extendía de sol a sol, mientras hubiese luz suficiente para divisar una torre. Y es que los torreros debían mirar regularmente a las torres anterior y posterior de línea para comprobar si alguna de ellas se encontraba en posición de atención. De ser así, a través de señales, trasmitían el mensaje, a la torre siguiente.

Pero este proyecto va más allá y se ha puesto en contacto con el Instituto de FP Sakana para que el alumnado realice el mecanismo de la señales a escala real. El aparato constaba de tres franjas negras, alternadas con otras blancas o vacías más anchas. En el centro se movía verticalmente una pieza, el indicador, que podía adoptar doce posiciones, accionado por una manivela y una gran rueda dentada.

Los mensajes se enviaban cifrados según un código existente en el libro de códigos que estaba en manos del comandante de línea. En el mensaje se enviaba el número de página y luego un código alfanumérico que hacía referencia a una de las palabras que aparecía en dicha página, una transmisión más rápida, eficaz y segura que si se transmitiese letra a letra.

La torre de Basaluze era la 41 de las 52 que tuvo la línea Madrid-Irún, tres en Navarra, Otra estaba en Ziordia, a 4.696 metros de la de Basaluze, y una tercera también en Altsasu, a 4.173 metros, en el término de Engara, ambas en ruina. Incluida en el Inventario Arqueológico de Navarra, esta torre comenzó a construirse en 1844 y entró en funcionamiento en 1846 con uso exclusivamente militar. Pero su vida fue corta por la instalación del telégrafo eléctrico y se dejó de utilizar en 1855.

PLAN DE SENDEROS POR EL ENTORNO DE ALTSASU

Además de la subida a Bargagain, en Altsasuko Mendiogizaleak quieren marcar otros cuatro senderos, de diferente longitud y dureza para que lleguen a todos los públicos. En relación al primero, el más exigente, es un recorrido circular que comienza en Dermau, y continúa por Lezade hasta la Torre de Basaluze, de allí a Gerba y Bargagain para atravesar la sierra hasta Itxuripunta y bajar por Portuazpi a Urdiain para volver a Altsasu por Santa Engrazia y Lastadi.

Otro comienza en el casco viejo y entra en San Pedro por Basoitxi, y continúa por Urriztizelaia, Ulaiar, Zezenaga y Dantzaleku. El tercero parte de la ermita de San Juan y continúa por Gurdilaz, Beiterra, Torre Txiki, Moitolazpi, Erkuden, Ulaiar y Murgil para finalizar en la calle Zelai.

El cuarto arranca en la estación y continúa por Ameztia, Urzulo, Porpoliturri, Orobe, Ubitarte, Marmolazpi, Ibarrea para continuar desde allí al centro urbano. El último es un circular por Balankaleku y enlaza con la de Orobe o se puede coger cerca de la cantera para adentrarse en Atabo, Asentu, Balankaleku, Muñaan, Salsamendi, Arbotones, Aizkibel y acabar en Atabo.

Se trata de un proyecto a corto-medio plazo. "El Ayuntamiento va de la mano del club, que son los mejor saben y propondrán que actuaciones llevar a cabo", adelanta el alcalde, Javier Ollo.