isaba/izaba - Hablar de Julio Beretens Tapia (Isaba, 1958) y de la asociación Kurruskla es lo mismo: es hablar del patrimonio humano y cultural de Isaba, de su recuperación y salvaguarda. Entregado a esta tarea desde su puesta en marcha en el año 2007, por la voluntad de un grupo de personas de mantener las tradiciones de la villa e impulsar iniciativas culturales, borda su labor con su temperamento optimista y dinámico.

Con el saxofón entre la niebla del collado de Ernaz en el Tributo de las Tres Vacas, con el txistu por las empedradas calles de la villa, o con la bandera bajo el intenso sol de julio en la plaza de su pueblo, Beretens imprime de ilusión su paso como músico de la fanfarre del Valle, Arroitu Indarra, como txistulari y como parte del desfile de izabarres ataviados de roncaleses, en los días señalados de la localidad, como un miembro de la asociación cultural que preside actualmente.

Además, cada 25 de julio, día grande de las fiestas patronales en honor a Santiago, se convierte en el centro de las miradas cuando baila Izabako Bandera Arbola, el baile de la bandera de Isaba. Con paso decidido hacia adelante, se dirige hacia las autoridades, saluda y la toma del abanderado, Javier Egozcue. Entonces la estira y comienza a bailarla al son del txistu y tamboril. “No es un baile cualquiera, es muy emotivo. Es el símbolo del pueblo, y la bailas delante del pueblo. El ruido de la bandera en el aire me transmite algo, a mí y a las personas que me rodean”, describe Beretens.

Lo viene haciendo desde hace nueve años, cuando le tomó el relevo a Andoni Iribarren, estrechamente vinculado a Roncal, recientemente fallecido. “Él la trajo, y la bailó por vez primera en el Valle hace doce años. Después me invitó a seguir y en Isaba continuamos con su Bandera Arbolatzea hasta que hace seis años Sabin Bikendi, txistulari de Bilbao, hizo la nueva composición. Pero hay que reconocer todo lo que nos dio Andoni, porque lo daba todo. Era un hombre alegre, de fácil relación, sencillo e importante a la vez, que ha dejado su legado bien atado en Roncal”, recalca.

Beretens aprendió de Iribarren que el ritmo de la música lo marca la bandera, y después que el estandarte se eleva con la intensidad de las notas. Aprendió a dar las vueltas a uno y a otro lado y a hacer los giros. “Él lo bordaba con su técnica y energía”, subraya. Con el tiempo, Beretens le ha ido añadiendo con libertad detalles a la coreografía. Comienza el baile frente a las autoridades, tras pedir permiso, hasta dar el cambio de sentido de 360 grados con un golpe seco, que se nota en el aire. A esto le ha añadido un giro de 180 grados con movimientos de arriba a abajo y viceversa, de cara al pueblo, para finalizar con una vuelta suave completa al son de los últimos compases del txistu ralentizado, en la que deja el baile, saluda y la entrega.

Iribarren y Beretens bailaron juntos en Isaba el Día de la Indumentaria Roncalesa de 2012 y ese recuerdo cobra mayor intensidad este año debido a su ausencia. “No somos conscientes de la cantidad de veces que nos acompañó desinteresadamente. Era uno de los imprescindibles”, expresa.

DÍA DE LA INDUMENTARIA. Mañana, en la séptima edición de la fiesta de la indumentaria roncalesa se bailarán en Isaba Bandera Arbolatzea e Izabako Bandera Arbola, en recuerdo de Andoni Iribarren. El acto central de la fiesta organizada por la asociación cultural Kurruskla será a las 12.00 horas en la plaza, y se centrará este año en la conmemoración del 500º aniversario de la captura en esa localidad del mariscal Pedro de Navarra por las tropas que combatían al servicio de Castilla. No faltará la demostración de la variedad de los trajes del Valle y de su significado.

La asociación cultural Kurruskla organiza la fiesta desde el año 2010 y además, ha recuperado el Ttun Ttun, el baile de la bandera y participa activamente en carnavales, Olentzero, Santa Águeda... “Esto es lo más importante”, recalca Julio Beretens, “150 personas del pueblo de tres generaciones, vinculadas en la asociación abierta y dinamizadora con un objetivo claro: mantener las tradiciones y señas de identidad”.

Dispuestos a colaborar siempre y a tomar la iniciativa en lo que surja, sus miembros valoran la convivencia en los núcleos rurales cada vez más deshabitados. Les mueve una fuerza interior, natural, como a Beretens, que dice sinceramente no sentirse importante. Un hombre sencillo, de los imprescindibles para los pueblos.