sangüesa/Zangoza - “¡La providencia nos guiará!”. Es una de las primeras frases, en boca del Rey Melchor, que se escuchan en Sangüesa cada 6 de enero. Y siguiendo esa providencia llevan 119 años de forma consecutiva sus habitantes, tiempo en el que forman parte de la representación del Auto de los Reyes Magos, una de las cinco que tienen lugar en todo el Estado.

Fieles al texto escrito en verso por el padre capuchino José de Legarda en el año 1900, ayer los tres Magos, acompañados de sus caballos y respectivos pajes, comenzaron desde el Palacio del Príncipe de Viana una ruta que les llevó hasta la plazuela de Santa Catalina, donde se ubica el portal de Belén.

Durante la mañana de ayer, los encargados de dar vida a los tres Magos fueron Alfonso Contín Alamán (Melchor), Mikel Mayayo Lacosta (Gaspar) y Mikel Guillén Garro (Baltasar).

Antes de llegar a su destino tuvieron que enfrentarse a las triquiñuelas del rey Herodes, interpretado por Imanol Blasco Itoiz, que salió a su paso desde uno de los balcones del Palacio Vallesantoro. Hábiles en su conversación con el monarca, los Magos supieron salir del castillo no sin advertir: “Me pareció su mirada la mirada de una fiera”, en palabras de Melchor, que sus compañeros de camino confirmaron al momento.

Una vez dejado el castillo la estrella se les hizo de nuevo visible. Los Magos tomaron la calle Amadores, y ya poco camino les quedó para alcanzar la aldea de Belén, donde se reunieron y ofrecieron sus presentes al niño que andaban buscando. Frente al portal dieron también con una cuadrilla de pastores y zagales, quienes en perfecto verso explicaron sus propósitos y ofrendas, tanto a los Magos como a Jesús.

En todo su camino, Melchor, Gaspar y Baltasar estuvieron acompañados por los auroros, dirigidos por las calles de Sangüesa por Marta Sola, que tomó el relevo a Javier Estabolite en este tramo, y por su director Bruno Jiménez, durante la misa.

regalo de reyes Agradecido por la plácida mañana de ayer, que invitó al público a no dejar pasar esta edición, desde la Asociación Misterio de Reyes, Enrique Itoiz, no dudó en calificarla como “un verdadero regalo de Reyes”. Los en torno a 10 grados de temperatura y un cielo despejado espantaron los fantasmas de la pasada edición, en la que tuvieron que realizar la representación a cubierto en la iglesia de Santiago. “Creo que si digo 1.500 espectadores me quedo corto”, bromeó Itoiz, pues la cifra a buen seguro era algunos cientos superior.

En torno a la asociación se congregan cada año un centenar de personas para tener a punto la teatralización de cada 6 de enero. Con la conclusión de esta edición de 2019, a quienes forman el Misterio de Reyes les toca pensar en el futuro a corto plazo. El año que viene cumplirán, a buen seguro, 120 ediciones consecutivas y el deseo de la Junta es culminar un relevo generacional. “Es lo natural”, señaló Itoiz.