isaba/Izaba - El fin de semana en Isaba ha sido redondo, dedicado al reconocimiento y homenaje de las golondrinas, que entre 1850 y 1940 partieron de los pueblos y valles del Pirineo navarro-aragonés hacia Zuberoa para trabajar en las fábricas de alpargatas y completado con el reto del pastor Aritz Ganboa, de cubrir 170 km en 24 horas con un queso en su mochila, para reivindicar la vida y raíces rurales.

Por tercer año consecutivo, la villa roncalesa retrocedió ayer al 7 de octubre de 1869, fecha señalada en el calendario que marcaba la partida de las jóvenes alpargateras hacia Maule. En una soleada mañana de otoño, lo hizo como entonces con un programa repartido en tres actos que se inició en la iglesia de San Cipriano, ligeramente transformada como en el siglo XIX a la que accedieron las chicas, entre vecinas, vestidas de negro para recibir a la luz de las velas la bendición del sacerdote (Fernando Hualde) y sus consejos para que no abandonen su vida espiritual en la nueva vida en tierras hermanas, ni se olviden de su iglesia y de sus familias.

A la salida les esperaba la fiesta en la plaza, siguiendo el guion repartido entre Fernando Hualde y Ana Rosa Ezquer que trataba de trasladar la escena 150 años atrás, cuando las jóvenes se juntaban en la plaza para bailar el tradicional Ttun-Ttun de su rico patrimonio, antes de partir.

HOMENAJE Las mujeres roncalesas recordaron, previa mención especial a las ansotanas que también salieron de sus pueblos a las fábricas zuberotarras, a las vecinas del Valle de Salazar que ayer no pudieron acudir a bailar, convirtiendo su ausencia en reconocimiento. “Ha sido el homenaje de las mujeres roncalesas a las golondrinas salacencas por medio de su neska dantza más conocida, la joya de Axuri Beltza”, explicaba Fernando Hualde, de la organización, la Asociación Cultural Kurruskla. Aportaba el historiador local el vínculo de esta singular danza que ya se bailaba a finales del XIX, desparecida y recuperada en 1966 por Antonio Urbeltz, con la historia de las golondrinas. “Hemos sabido de crónicas periodísticas francesas que en el año 1891 salieron desde Jaurrieta hacia Ochagavía y Larrau un grupo de jóvenes jaurrietanas para trabajar en las fábricas de alpargatas. “Corrían los primeros días de febrero de 1892 y no llegaron. Alarmado, el pueblo salió a buscarlas y encontraron a ocho muertas de frío cogidas de la mano en una cabaña pastoril, y alguna más fuera cubiertas por la nieve. Así empieza el Axuri Beltza, con las chicas cogidas de la mano; narra un episodio de aquella historia de alpargateras del siglo XIX. Aunque no está documentado, hemos querido que sea una evocación”, manifestó Hualde.

La música de Julio Beretens y Kepa Vales, del grupo de txistus de Isaba, y un emocionado Baile de la Bandera de Teresa Aguerre cerró el acto en la plaza.

Solo faltaba la despedida, casa por casa: abrazos, lágrimas, hatillo y palo para el camino. La fiesta de ayer quedó grabada dentro del proyecto Ainarak (proyecto transmedia producido por el Gobierno de Navarra, Gobierno Vasco y de Aquitania).

Golondrinas y pastores se unieron ayer con la llegada a meta de Aritz Ganboa de Miguel, el pastor que unió Arruazu e Isaba en su reto de correr por la montaña la distancia que separa ambos pueblos y reivindicar pastoreo y vida rural. A las once de la mañana intercambió su queso portado a la espalda (DO Idiazabal) con el de DO Roncal. “He respondido bien, he podido cumplir los tiempos y me he sentido muy arropado desde Aralar hasta Laza”, expresaba a su llegada a meta donde se fundió en un abrazo con la pastora Marina Collado. “Golondrinas y pastores son nuestra referencia y reivindicamos sus valores para la actualidad”, concluyó Hualde.