Apto para bicicletas, sencillo e ideal para recorrerlo en familia. Así se describe el tramo de la calzada romana del Pirineo a su paso por el valle de Arce/Artzibar, un sendero lineal de 26,6 kilómetros que el Ayuntamiento de Arce junto con Aranzadi recuperó en el año 2017 con el objetivo de poner en valor el patrimonio natural y cultural de este desconocido valle navarro.

Se trata de un recorrido balizado y con varios carteles informativos que cruza todos los pueblos de Arce y que comienza en Zazpe y termina en Aurizberri-Espinal, junto al Camping Urrobi. Este sendero, basándose en el descubrimiento de seis miliarios, refleja lo más fielmente posible lo que fue una parte de la calzada romana del siglo I a. C. que unía Caesaraugusta-Zaragoza con Burdeos y por la que transitaban los romanos con sus carros y mercancías. Por eso, el trazado tiene escaso desnivel, es fácil de recorrer y tiene una anchura de entre 6 y 8 centímetros.

De momento, se han balizado 26,6 kilómetros, pero la idea es que se vaya recuperando la calzada que continúa hacia Burdeos como reclamo turístico. “La arqueología y el trabajo de campo son asignaturas pendientes en el Pirineo navarro. El descubrimiento de esta calzada por el valle de Arce/Artzibar y Luzaide/Valcarlos es la demostración de que falta mucho por investigar y descubrir. Y eso es apasionante”, asegura el historiador José Etxegoien.

Ermita de Santa María de Arce, una de las joyas románicas de Navarra.

TESOROS ESCONDIDOS El valle de Arce es uno de los menos conocidos de Navarra, sin embargo, su cercanía con Pamplona (unos 40 minutos en coche) y el encanto que desprenden sus pueblos, sus casas típicas y sus paisajes, hace que sea una opción ideal para realizar una escapada rural, segura y poco masificada.

Además de disfrutar del entorno natural que dibuja la sierra de Labia con sus peñas o los montes como la Corona, Elke o Pausaran, el visitante que realice el sendero tiene la oportunidad de disfrutar de los hermosos pueblos del valle, algunos de los cuales sirvieron de inspiración a Montxo Armendáriz para rodar Silencio Roto.

Llegada al Palacio de Arce, cerca del embalse de Nagore y del yacimiento de Artzi.

Destaca la parte norte con coquetos pueblos como Saragüeta, Lusarreta, Hiriberri de Arce o Arrieta, que mantienen una esencia más pirenaica, con grandes casonas y construcciones cargadas de historia. En el caso de Saragüeta y Hiriberri/Villanueva de Arce, se pueden visitar dos bonitos lavaderos y, en Lusarreta, existe un precioso hórreo en la casa Gardorena, al parecer de origen medieval. Se trata de un conjunto de belleza y valor patrimonial que está asentado sobre 8 arcos de piedra labrada y que es Bien de Interés Cultural. Asimismo, si se continúa por la senda hacia la parte sur, se pueden apreciar localidades casi despobladas pero no por ello menos fascinantes, como Imízcoz, Gorraiz o Urdiroz, que ofrecen unas vistas privilegiadas de los montes de alrededor. También el valle destaca por sus palacios y edificios importantes. De hecho, Uriz es conocido como un pueblo noble que tiene tres torres y en Arrieta e Imízcoz también existen dos palacios. Pero, sin duda, el más conocido es el Palacio de Arce, situado al servicio de la calzada romana y contiguo al yacimiento arqueológico de Artzi excavado por los expertos de Aranzadi en donde aún se pueden observar restos de unas termas romanas.

Hórreo de Lusarreta, a su paso por la calzada.

En ese mismo enclave, se encuentra el embalse de Nagore, un lugar de descanso y ocio cuya zona de baño previsiblemente abrirá en verano, y también la Ermita de Santa María de Arce, un templo románico del siglo XII que presume de ser uno de los mejores ejemplos del románico rural de Navarra.

Por si fuera poco, el itinerario, que es posible realizar por etapas o de una sola tirada, se puede completar con unos audios, descargables y gratuitos, que forman parte del proyecto turístico Paisajes Sonoros que ha presentado recientemente la Asociación Irati-Orreaga. Así, a través de una señal QR que se encuentra al lado de la Ermita de Santa María de Arce, se puede escuchar mediante un teléfono móvil la historia de Ur, un cantero de 35 años que durante el año 280 d. C. trabajaba en el mantenimiento de la calzada romana que discurría por el valle de Arce.