Cintruénigo y Milagro fueron dos de las localidades riberas que celebraron el pasado fin de semana la festividad de San Blas. En la primera, los actos arrancaron el sábado con la bendición de roscos y viandas y después se llevó a cabo el reparto de 3.000 roscos, 200 kilos de nueces, 100 de higos y 140 litros de moscatel a cargo de los quintos de 2019 (nacidos en 2001) y se prendió la hoguera en honor al santo, pese a la incesante lluvia. Tras recoger los roscos, los milagreses dieron las tres vueltas de rigor alrededor de la hoguera para prevenir los males de garganta.

El domingo, día grande de las fiestas de San Blas, tuvo lugar la procesión por las calles de la localidad. Los quintos de 1959 y 1973 se encargaron de portar al santo. Por la tarde se celebró la 11ª Ruta del Pincho en la que participaron ocho establecimientos que elaboraron tres pinchos cada uno (uno de ellos para el concurso). Tras la valoración del jurado, resultó ganador el Bar Europa (250 euros) con su pincho Europa Once, elaborado con ternera de Navarra y sofrito de verdura, a base de ajos, cebolla, puerro, zanahoria, vino, aceite y sal, en una masa de pan sobre una crema de calabaza. En segunda posición quedó la Cafetería la Marisma (150 euros) con su pincho Bombón de foie y Pedro Ximénez, elaborado con chocolate, foie y una reducción de Pedro Ximénez. En tercer lugar se clasificó el Bar Código (100 euros) con su pincho Milhojas de patata con carne desmechada y bechamel y crujiente de jamón, elaborado con carne de cerdo, patata, bechamel y jamón sobre una rebanada de pan.

Los actos concluyeron el pasado lunes con la 27ª cata de vinos cosecheros de Milagro en la Sociedad Recreativa Cultural San Blas en la que participaron 22 caldos (18 tintos y 4 rosados), uno menos que en 2018. En la categoría de tintos el mejor fue el presentado por Alfredo Pejenaute y en la de rosados el de Eva Rox.

En Cintruénigo, por primera vez en más de 60 años, la popular fiesta de la bendición de alimentos se llevó este año a cabo en la parroquia y no en la ermita de la Purísima. Al ser en domingo, el párroco Santiago Jiménez optó por llevar a cabo esta bendición en la parroquia durante la celebración de la misa dominical de la familia. Niños, padres y abuelos acompañaron al santo en procesión por una zona del Casco Antiguo, próxima a la iglesia. Tras la celebración de la misa, tuvo lugar la bendición de los alimentos en la que participaron los más pequeños de la casa portando unos roscos muy bien ornamentados.