Relata David Jiménez Ayllón, tudelano de 51 años, que cuando le propusieron enfundarse en los ropajes del zipotero, personaje icónico del carnaval tudelano, en el que fue el primer Paloteado del Casco Antiguo, no tenía ninguna experiencia previa con el teatro o la interpretación. “Lo más que había hecho era bailar un aurresku a mi hermana Laura el día de su boda... y me lo estudié viendo vídeos en Internet”, confiesa. La prueba de aquel primigenio evento enmarcado en las Fiestas de San Pedro, en junio del pasado 2018, salió bien. Lo que no imaginaba Jiménez es que, meses después, la Asociación de Amigos de los Zipoteros iba a pensar en él para volver a encarnar al personaje enmascarado. Esta vez en su hábitat natural, las mismísimas fiestas de carnaval. El viernes 1 de marzo, máscara enfundada y atuendo ajustado, le tocará declamar el pregón carnavalesco en la plaza San Salvador.

“No me lo esperaba. Y mucho menos viendo los nombres de las personas que han sido elegidas como Zipotero Mayor del carnaval. Habrá incluso quien pensará que qué pinto yo ahí”, insiste con modestia.

Lo cierto es que Jiménez no es ningún desconocido en lo que respecta a la dinamización cultural y de ocio, al menos en el Casco Antiguo de la ciudad, donde colabora y arrima el hombro como uno más de los miembros de la Sociedad Caldereros, una de las entidades que durante años ha impulsado el enriquecimiento de la vida social en el barrio mediante su implicación en todo tipo de iniciativas. Un ejemplo son las propias Fiestas de San Pedro, a las que se les han ido añadiendo ingredientes y alicientes, como el propio Paloteado. “Fue una bonita experiencia, que cambió mucho de los ensayos al momento de hacerlo delante del público. La gente nos felicitó”, recuerda Jiménez, quien experimentó entonces su primera toma de contacto con el pintoresco e inconfundible uniforme del zipotero.

Ahora la cosa cambia. No se trata de salir a cumplir un papel en un escenario, sino de iniciar, con un mensaje que cale, la celebración del carnaval ante la mirada expectante de los vecinos de la ciudad. “Ya me han avisado de que no me extienda mucho con el pregón, porque los más pequeños que están en la plaza empiezan a ponerse nerviosos y quieren que les tiren las chucherías cuanto antes”, cuenta con una sonrisa el Zipotero Mayor 2019.

De su discurso poco puede decir todavía, aunque ya ha invertido algunas horas en refrescar la memoria acerca de los orígenes y las curiosidades del carnaval tudelano para darle forma. Lo que no olvidará será la llamada de Fernando León, gaitero, para comunicarle que contaban con él. “La verdad es que estoy abrumado. Estos días no paran de llegarme whatsapps”, dice.

“Que venga todo el mundo” Jiménez, que tiene una hija de 19 años, reconoce que ha vivido el carnaval de diferentes formas a lo largo de su vida. Más lúdico a veces, más familiar otras. Pero lo que siempre le ha atraído de esta fiesta es su carácter genuino y único con respecto a otras celebraciones. “Para mí, la fiesta del carnaval es la máxima expresión de la diversión en comparación con otras que vivimos a lo largo del año”, argumenta.

Jiménez sucede en la lista de Zipoteros Mayores a Jesús Villarroya Espinete, encargado del pregón de 2018. Un acto inaugural que es santo y seña del carnaval de la capital ribera desde su recuperación a finales de la década de los 80 gracias al impulso de varias asociaciones, sociedades y peñas tudelanas. A menos de un mes de que llegue el gran momento, Jiménez anima a todo el mundo a que asista a todos los actos de carnavales y, por supuesto, al pregón de la plaza San Salvador. “No por verme a mí, que es lo de menos”, matiza sonriendo. “Sino porque es una fiesta que creo que nadie se puede perder”, insiste.