- El alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, entregó ayer viernes el título de Hija Predilecta de la Ciudad a la empresaria y mecenas María Carmen Forcada González (17 de agosto de 1920). Debido a la situación sanitaria y de salud de la propia homenajeada, este acto se desarrolló en el domicilio de Forcada con una asistencia limitada a seis personas. Junto al alcalde, acudieron los portavoces de los dos grupos municipales de la oposición, Olga Risueño (I-E) y Ángel Sanz (PSN), así como la instructora del procedimiento del nombramiento, la edil de Navarra Suma Irene Royo, y la portavoz y concejal de Cultura, Merche Añón. Toquero entregó a María Forcada el título enmarcado, dando cumplimiento así a lo acordado en el pleno del Ayuntamiento de Tudela del pasado 3 de febrero. El título, pintado por el artista Alberto Pérez en acuarela, refleja la fachada de la conocida Casa del Almirante, que alberga la Fundación María Forcada y Tudela Cultura.

"Cuando propuse tu distinción, lo hice por tu encomiable labor de impulso a la cultura, por la labor de mecenazgo de las artes, por enriquecer culturalmente a la ciudad que te vio nacer, por tu difusión a lo largo del camino del buen nombre de Tudela, nacida del cariño y el afecto verdadero por abrir camino, por ser una precursora de la mujer en el mundo empresarial en una época en la que no era fácil por tus merecidas distinciones", manifestó el alcalde.

El arquitecto Rafael Moneo, nombrado Hijo Predilecto de Tudela en junio de 1993, hizo llegar a Forcada y al Ayuntamiento tudelano una carta en la que, además de trasladar su cariño y enhorabuena, afirmó que "pocas personas conozco que amen a su pueblo y su familia con tanta intensidad como María". Por su parte, María Forcada leyó unas emotivas palabras en las que mostró su agradecimiento "porque este título viene de parte de mi pueblo". Asimismo, afirmó: "Miro con alegría, pero también con cierta distancia, el hecho de que, en este momento, al final de mi vida, me concedan este importante reconocimiento. Hasta me resulta divertido que llegue ahora, como si hubiera prisa por recordarme que he vivido. Y yo ya lo sé".

El mes pasado, añadió, "cumplí cien años, desde aquel agosto de 1920 en que nací en la casa de las Arias, en una Tudela muy distinta a la que ahora contemplamos. En este siglo de vida, mi ciudad y yo nos hemos visto crecer juntas". Sobre este crecimiento en paralelo que ha ido desgranando en su sencilla intervención, Forcada comentó que "ahora, al final de la vida, resulta que esta querida ciudad se convierte en madre que me requiere como hija. Y además predilecta. ¡Qué curiosa paradoja! Como si hubiera necesitado envejecer tanto para que Tudela me reciba otra vez como a aquella niña que jugaba con su aro". Sobre su labor durante estos años, la homenajeada aseguró que "Tudela se convirtió en hija a la que quise y cuidé como quieren los padres. Me preocupé por ella durante muchos años para intentar hacerla más agradable a sus ciudadanos, más bella, más culta y abierta al mundo. He dedicado a ello esfuerzos, sueños, preocupaciones y dinero, con el entusiasmo de quien sabe que está haciendo algo para embellecer y hacer crecer lo que tanto quiere", concluyó.

Empresaria del año en 2002 por la Asociación de Empresarios de Tudela (AER) y Decoradora Honorífica por la Escuela de Decoradores de Navarra en 2017, el Gobierno de Navarra le concedió en 2008 la Cruz de Carlos III El Noble y el Ministerio de Educación y Formación Profesional la reconoció con la Cruz de Alfonso X El Sabio. Su contribución a la ciudad de Tudela y su compromiso con el arte y la cultura quedaron materializados en la donación altruista al Ayuntamiento, en 2007, de la Casa Palacio del Almirante, un edificio plateresco del siglo XVI que fue el origen de la constitución de la Fundación María Forcada. Tras una profunda rehabilitación, inaugurado en 2010 y visitado por SM la Reina doña Sofía en 2011, el inmueble es actualmente la sede de la EPEL Tudela-Cultura.

Cabe señalarle otras donaciones como la de los dos bustos relicarios de santas del siglo XVI y un atril nambán (1588-1630) al Cabildo de la catedral que, más adelante, los depositaría en el Museo de Tudela.

"Tudela se convirtió en una hija, le he dedicado esfuerzos, sueños y dinero"

Hija Predilecta de la Ciudad