En los últimos días Fitero ha sufrido un crecimiento exponencial en el número de casos de coronavirus, situándose el pasado viernes en 38, lo que ha puesto en alerta a la pequeña localidad que, además de los positivos confirmados, cuenta con cerca de 200 personas confinadas. El alcalde, Miguel Aguirre, explicó que "es el punto más alto de positivos de toda la pandemia y el más peligroso, pues tuvimos un nivel muy fuerte en marzo-abril del año pasado pero la mayor parte de afectados estaban en la residencia, y estaba muy controlado. Ahora no, ahora está afectando a muchas familias". La previsión, según el personal sanitario del consultorio, es que los casos sigan aumentando en los próximos días y que hasta mediados de la semana que viene no se alcance el pico.

Por ello, Aguirre ha pedido a Salud un cribado masivo, aunque no ha sido de momento aceptado ya que los niveles de trazabilidad (control de los focos de contagio), son "aceptables". Lo que sí se ha decidido desde el Consistorio ha sido cerrar las instalaciones municipales y suspender las visitas al Monasterio. Por ahora, el cierre perimetral no está previsto puesto que, desde la alcaldía se comentó que "queremos tener una radiografía completa de la situación para pedir medidas más drásticas".

Aunque el alcalde reconoce que la situación es "preocupante", espera que "si todo Fitero sigue comportándose con el compromiso claro que se ve a la gente del pueblo estos días, independientemente de que la situación es difícil, saldremos de esta como hemos salido en otras ocasiones".

Perjuicio económico

Uno de los motores económicos es el Balneario de Fitero, que no ha podido abrir sus puertas desde el comienzo de la crisis. El alojamiento, que es el establecimiento hotelero más grande de Navarra, da empleo a 192 personas, de las que 83 son de Fitero, lo que supone un golpe para muchas familias. "Contribuimos al desarrollo del Turismo de la zona, pues tenemos más de 16.000 clientes al año con unas estancias medias muy altas que conlleva que tengan muchos días para visitar y moverse por la zona", aseguró Carmen Azpilicueta, encargada del departamento comercial. El cierre del Balneario también ha afectado indirectamente a muchos establecimientos de Fitero que se benefician de este tipo de turismo.

Félix y Asun, del bar San Antonio. Foto: Javier Frías

"Llevábamos un nivel muy bueno con el turismo, tanto con el Balneario como con las visitas al monasterio. La pandemia ha sido un antes y un después", indicaron desde el Bar San Antonio. En ese mismo sentido se expresó David González, dueño del Restaurante La Fiterana, "el turismo que teníamos antes de la pandemia era de visitar el pueblo, de dormir en casas rurales o el balneario, de venir a comer, ahora es otra cosa".

David González, del restaurante La Fiterana. Foto: Javier Frías

La hostelería es uno de los sectores que más está sufriendo desde el inicio de la crisis. Sobre todo porque el confinamiento coincidió con el comienzo de las fiestas de San Raimundo, algo que, como expone José Mari Jiménez, del Bar Chepos, "al principio fue durísimo justo antes de fiestas con los almacenes llenos". En ese mismo sentido, David González cree que "en Fitero nos tocó el principio de la pandemia cuando peor, porque el 13 de marzo (se decreta el confinamiento) era viernes. Nosotros el jueves recibimos todo el pedido para las comidas de las fiestas de San Raimundo, lo cual para mí fue un mazazo".

José Mari Jiménez, del bar Chepos. Foto: Javier Frías

Desde otro de los bares de la localidad, Bar Groucho, rompieron una lanza a favor de la hostelería, ya que "se nos ha señalado desde el principio. Los grandes comercios, las grandes superficies, los mercados, hay muchísima más gente y menos control de lo que puede haber en un bar".

Ana y Manuel, del bar El Groucho. Foto: Javier Frías

Todos los hosteleros de la localidad han coincidido en que van a ser días muy duros para Fitero, pues la fuerza de la cuarta ola, no solo ha aumentado el número de personas confinadas, sino también que aumente el miedo de los clientes a salir. "Estos días y fines de semanas la gente se va a aguantar, porque veo que la gente tiene más respeto, está en posición más de contener", sentenció Jiménez.

Uno de los puntos fuertes de Fitero durante la pandemia ha sido el crecimiento del Turismo relacionado con la naturaleza. Su circuito de Roscas ha atraído a numerosos turistas de toda Navarra. "Había gente del Norte que nos decía que era una pena que tuviese que llegar una pandemia para conocer nuestra Comunidad", indicó Corinne Ithurbide, de la Oficina de Turismo. El parking de caravanas ha tenido picos de más de 30 vehículos.