- Siete semanas con la persiana bajada, 50 días sin actividad, con los locales cerrados y sin los ingresos habituales. El inicio de la desescalada permitió ayer que algunos comercios de Tafalla abrieran sus puertas y recuperaran parte de la actividad que les privó la crisis sanitaria. Las peluquerías de la localidad, preparadas para la nueva situación, comenzaron desde el inicio de la mañana a atender a sus clientes con "extremo cuidado".

En concreto, las peluquerías se enfrentan a un gran reto en su oficio, en el que el contacto es inevitable y donde las medidas recomendadas de higiene se han extremado al milímetro. Uxua y Raquel lo tenían todo listo para el inicio de una jornada nada usual: batas deshechables de plástico, pantallas protectoras, lejía, hidroalcohol y guantes. En la peluquería de las hermanas Zabalza el inicio de la nueva fase llegó ayer con la agenda completa. "Hace dos semanas que los clientes nos llaman para reservar un hueco en cuanto se pudiera abrir", comenta Blanca Zabalza mientras limpia el suelo y coloca un paño empapado en lejía en la entrada del local.

"Tenemos la agenda llena hasta dentro de dos semanas, están los clientes que han esperado estas semanas y los que se han hecho destrozos en casa, y ambos piden cita", confiesa Uxua Zabalza. Las dos hermanas han organizado el trabajo en turnos de 45 minutos para cada hombre y de dos horas para las mujeres. "Ellas normalmente se quieren teñir, cortar y peinar, y eso tarda más, así que hemos hecho turnos estándar para todas", explica Uxua.

"Nos ha tocado todo lo malo", frunce Uxua Zabalza al recordar que hace pocos meses abrieron de nuevo el local tras cerrar por los efectos de la riada. "Estuvimos cuatro meses cerradas, ahora nos viene esto, no sé cómo vamos a levantar cabeza", destaca. A pesar de las ayudas a nivel estatal y municipal, las dos hermanas, como muchos otros establecimientos, han visto menguar la actividad en menos de un año con las dos tragedias. "Pero bueno, tenemos salud", sonríe Uxua.

"Esperaremos a la fase 1 para ver qué hacemos", confesaba ayer Maite Leunda, propietaria del bar txiki de Tafalla. En este primer paso hacia la normalidad los restaurantes pueden abrir para la recogida de pedidos, sin embargo, en el centro de Tafalla los restaurantes han decidido mantenerse cerrados.