El pequeño comercio de Tafalla reabre con "incertidumbre y miedo"

Cristina Esparza atendía a principios de esta semana en su local, una pequeña tienda de ropa infantil en el centro de la ciudad que ha tenido que reorganizar para poder ajustarse a la venta durante las semanas que están por venir. "He adaptado un cuartito pequeño que tengo para trasladar la ropa que se prueben y no se lleven, la aislaré y le daré con la máquina de ozono", concretó Esparza tras su mascarilla. Aunque hace cinco años que Cristina abrió su tienda, reconoce que estos días acumula más nervios que al principio, sensaciones que nacen de la "incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar en unas semanas y es algo que no depende de nosotros". Reconoce que tiene miedo a retroceder y verse obligada a cerrar de nuevo. "Durante los primeros días no va venir mucha gente, las ventas serán más bajas", concretó Cristina Esparza, aunque apunta a que sus clientes habituales ya le han llamado para decirle que "antes o después" irán.

La actividad en la mercería de Laura Marín no se ha parado durante estos meses, aunque sí se ha cerrado el local y no se ha atendido al público, tal y como marcaban las normas. "Hemos atendido de diferente forma", afirmó Marín, quien ha recurrido TeleAscota, la venta a domicilio de los pequeños comercios de la ciudad. Durante el confinamiento han recibido diferentes encargos, sobre todo prendas para regalos y "esenciales que van fallando o faltando". "Se echaba mucho de menos la atención al público", comentó Marín y añadió que los propios clientes pasan por su establecimiento a saludar, contentos de poder verse tanto tiempo después. Pues es precisamente el inicio de la venta de proximidad la que marca, según cree Laura Marín "parte de la vuelta a la normalidad".