Mujeres de todos los estilos, formas y colores y frases que evocan la libertad. Son los dos elementos característicos de los murales que decoran las fachadas de diferentes municipios de la Zona Media. La tafallesa Leire Olkotz, de 39 años, es la artista que está tras estas obras, que ella define como "trabajos reivindicativos desde lo reflexivo y lo poético". Para ella, esta es la única forma de cambiar el mundo, poniendo en el centro la imagen femenina para lograr "una constante reivindicación del papel de la mujer en la historia".

Los primeros trazos en pared de esta graduada en Bellas Artes fueron en casas de particulares y, de ahí, pasó a pintar los muros de locales como peluquerías, bares, albergues o bodegas, dejando su huella en diferentes ricones de todo Navarra.

Su primer mural fue en Caparroso, donde la artista recreó la fachada del edificio que en antaño daba la bienvenida a las personas que entraban desde el puente viejo y que se derribó en los años 80. Tras él, llegaron los Mendigorria, Garínoain, Tafalla y Pamplona, lugares en los que se ha homenajeado la imagen femenina.

Unos trabajos gestados desde la pasión y que tienen una gran importancia para Olkotz, que confiesa que se conmueve cuando vuelve a las localidades a visitar a estas mujeres. "Me hace mucha ilusión ver mis trabajos en un cartel, enmarcado en una pared, hecho pegatina en la puerta de un baño, tatuado en la piel o vistiendo una fachada. Pero si nos centramos en el arte mural, este sentimiento se multiplica por mil porque cuando un trabajo adquiere una dimensión mayor a la que estamos acostumbrados hay algo dentro que se dispara y hace que el corazón lata más fuerte y a más velocidad", explica la tafallesa.

Los vecinos y vecinas de estos municipios reciben con los brazos abiertos las obras de Olkotz, que transforma fachadas blancas en murales coloridos y con mensajes. Algunas de estas pinturas han sido elaboradas en colaboración con los habitantes de sus pueblos, como los de Caparroso, Garínoain y Mendigorría, haciendo de las obras un legado colectivo. "Yo diseño el mural y lo traslado a la pared, después la gente del pueblo, tanto niñas y niños como adultas y adultos, participan bajo mi supervisión para pintar algunas partes", explica.

Cuando el trabajo está terminado, la respuestas siempre son "motivadoras y entusiastas con un matiz de agradecimiento importante". Por eso, la artista vuelve a Tafalla con un sentimiento gratificante y asegura que lo que más le gusta de los murales es conectar con los demás a través de lo que hace, "sin necesidad de píxeles ni pantallas, que es lo parece que ahora mueve a la sociedad".

Otros lienzos

Las fachadas no son el único lienzo que utiliza la artista plástica, ya que también hace uso de formatos como la fotografía y el vídeo como medios de expresión, pero el arte al que ahora mismo dedica más tiempo es el de tatuar. Hace dos años la joven abrió un estudio de tatuajes en la Calle Mayor de Tafalla, donde asegura que aúna todas las discipinas artísticas que ha aprendido hasta ahora, plasmando recuerdos, ideas o imágenes sobre la piel de quienes visitan su estudio.