- La jornada del 7 de julio, festividad de San Fermín, transcurrió con tranquilidad en Pamplona, donde no se produjeron incidentes significativos, informó a Efe la Policía Municipal. Después de una noche “muy controlada”, en la que “estaba todo cerrado y no había gente en la calle” hacia las 2.00 horas, señalaron desde Policía Municipal, ayer por la mañana la jornada se desarrolló sin incidentes y no hubo que cerrar ninguna calle por aglomeración de personas. Remarcan que durante la tarde y la noche del día 6, en zonas como Navarrería, Jarauta, Calderería y Estafeta fue necesario cerrar el tránsito peatonal en algunos momentos puntuales.

Ayer, en los controles de alcoholemia realizados por la Policía Municipal en Pamplona, se hicieron 60 pruebas y solo una dio positivo. Durante la jornada de ayer se atendieron dos siniestros con un resultado de dos personas heridas graves y trasladadas al Complejo Hospitalario de Navarra. Se trata de dos peatones de 71 y 77 años atropellados en la avenida Juan Pablo II. Por su parte, la Policía Foral recogió ayer en su oficina de la Plaza del Castillo un total de 130 denuncias, por hurtos y lesiones, sobre todo. A su vez, en los controles de alcohol y drogas realizados en Zizur e Imarcoain, se han hecho este martes 140 pruebas y sólo dos han dado positivo. En Berriozar, se han hecho 20 pruebas, todas negativas.

Pamplona recordará el 7 de julio de 2020 como el Día de San Fermín más triste y extraño de su historia reciente, con sus internacionales fiestas suspendidas y una ciudadanía nostálgica ante la ausencia de celebraciones pero responsable con las medidas de seguridad recomendadas contra la pandemia causante de la situación.

Esa fue la lectura del alcalde de la ciudad, Enrique Maya, quien reiteró su “muy buena y muy positiva” valoración del transcurso de los días 6 y 7 de julio, jornadas que deberían haber sido las primeras de los sanfermines 2020 de no haberse suspendido, lo que ha traído a las calles una inédita tranquilidad en estas fechas que ha querido agradecer a los ciudadanos.

Sin embargo, la tristeza de la ciudadanía es palpable y lo demuestra desde ayer con gestos que evidencian la nostalgia, como el que tuvo lugar cuando a las 8.00 horas las calles por las que habitualmente pasa el encierro amanecieron sin mozos, toros ni espectadores. No obstante un grupo de corredores del encierro, de blanco y rojo, se acercó hasta la cuesta de Santo Domingo para entonar ante la imagen de San Fermín los cánticos habituales antes del inicio de la carrera. Sí se celebró a las 11.00 horas la Misa en honor de San Fermín en su día, uno de los pocos actos del programa oficial de los Sanfermines que se ha mantenido en 2020, al ser una celebración religiosa y dependiente de la parroquia, aunque ha perdido su carácter multitudinario y la solemnidad que tradicionalmente le acompaña con la procesión que en esta ocasión no tuvo lugar. Un total de 282 fieles, el 75 % del aforo del templo, fueron los privilegiados asistentes a la Misa tras llenarse todas las plazas habilitadas mucho antes del comienzo de la celebración religiosa. La imagen contrastaba con la habitual de un 7 de julio, en la que las calles de lo Viejo se abarrotan de ciudadanos expectantes al paso de la Procesión, en la que se cantan jotas al santo, que va acompañado del cabildo catedralicio, alcalde y concejales vestidos de gala, junto a timbaleros, maceros, clarineteros, txitularis, escolta, gaiteros, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y La Pamplonesa. En ausencia del bullicio propio de la Procesión, no fallaron a su cita anual de los sanfermines, en este caso en su faceta de protesta contra los encierros y corridas de toros, los grupos Anima Naturalis y PETA por un lado y Libertad Animal Navarra por otro, que con sendos actos reivindicativos desearon que este año sirva para determinar el fin definitivo de la tauromaquia en la ciudad.