Solemos repetir mucho aquello de que el sector industrial tiene un peso en nuestra economía del entorno a un 30%. Este dato es realmente diferenciador. Se cumplen 60 años desde aquel primer Programa de Promoción Industrial de 1964 en Navarra en un contexto en el que varios países de la UE estaban experimentando el mismo proceso reindustrializador. Por ejemplo, el PIB industrial de Francia también superaba el 30% en 1960. Sin embargo, el año pasado se aprobó la Ley de Industria Verde francesa, y en su preámbulo indica que hoy en día apenas representa un 11%. El hecho diferencial de Navarra es doble, por un lado, tener uno de los PIB industriales más altos de toda la UE, y por otro, haberlo mantenido en el transcurso de las décadas. Con retrospectiva, la industria navarra ha experimentado un notable desarrollo en los últimos 60 años, pasando de 100 empresas a más de 3.300.

Es cierto que tenemos un reto importante en fortalecer y mejorar nuestros ratios de competitividad, falta de personal con capacitación que demandan nuestras empresas, mientras la tasa de paro supera el 8%, la captación de talento o el cambio de domicilio social de empresas, mayormente a Madrid, mejora de conectividad o la culminación de una serie de infraestructuras básicas. Las empresas, mayormente las pymes, también nos trasmiten preocupaciones por la falta de unidad en las políticas europeas que generan incertidumbre, debilidad económica de Alemania y la situación de algunas filiales de multinacionales de ese país en Navarra, situación del sector eólico industrial en la UE (debate sobre la Wind Charter). En definitiva, el reto es acelerar y consolidar la doble transición ecológica y digital de nuestras pymes, que suponen más del 98% del total de las empresas.

Debemos afrontar todos estos retos, pero lo cierto es que la situación actual es para confiar en que seremos más que capaces, puesto que no nos falta potencial. En los últimos 10 años hemos dado pasos firmes. Así por ejemplo, la deuda pública, en 2013 superaba el 18% del PIB, en 2023, representa un 12%, la más baja entre las CCAA. En este sentido, Standard and Poor’s (S&P) ha confirmado la calificación crediticia de Navarra en el nivel AA- con perspectiva estable. Esto coloca a la Comunidad Foral en el máximo nivel posible para las comunidades autónomas, dos escalones por encima del conjunto del Estado. Desde 2015, el crecimiento económico, superada la crisis COVID, ha sido de un 14,3%. Somos una Comunidad exportadora, 2022 es el año récord, y el año pasado seguimos superando la barrera de los 10.000 M€ con un balance comercial netamente positivo de 3.100 M€ (mientras Madrid tiene un balance negativo de -46.887M€). Somos un territorio “Innovador Fuerte” según la UE, y estamos a la vanguardia en el ránking de talento del Estado, según la Fundación COTEC. Además, Navarra es, un año más, la comunidad autónoma con mayor calidad de vida. Además, hemos alcanzado una estabilidad política que se no conocía en muchos años en Navarra, ni más ni menos que nueve años consecutivos de aprobación de presupuestos y un buen número leyes de acompañamiento y otras fundamentales, entre las cuales puedo destacar la Ley Foral de Ciencia y Tecnología de 2018.

En este sentido, debo destacar el dinamismo de la industria en los últimos tres años. Desde 2021 se han comprometido más de 3.000 millones de euros en inversión empresarial. En el sector de la automoción, destaca sin duda la apuesta del Grupo Volkswagen por la fabricación de vehículos eléctricos a partir de 2026, y para ello está invirtiendo 1.024 millones de euros. La compañía Mobis (grupo Hyundai), tras un acuerdo con VW, está construyendo su planta de celdas de batería en Noáin, con una inversión de 214 millones de euros. Gestamp también ha apostado por Navarra para la fabricación de su innovador door ring, suponiendo una inversión de 57 millones de euros. A su vez, el sector energético también en plano desarrollo tiene inversiones previstas en Navarra de cerca de mil millones de euros, mayormente en los nuevos proyectos fotovoltaicos y eólicos aprobados. Pero lo cierto es que todos los sectores invierten. Si citamos tan solo algunos de los proyectos declarados de interés foral nos encontramos con empresas, tanto extranjeras que apuestan por Navarra, como de capital foral que están invirtiendo como pueden ser Cinfa, Ingeteam, Messer, Elaborados Naturales … y otros tantos. En total, más de 3.000 millones de euros en inversión comprometida, que suponen la creación de más de 4.000 nuevos puestos de trabajo.

Hay un dato relevante, y es que varios de los proyectos de inversión se están realizando en nuevos nichos de mercado. Por ejemplo, Acciona-Plug en Sanguesa, y Nordex Electrolizers en Lumbier, están apostando por el desarrollo industrial y productivo del hidrógeno verde en Navarra. Otras tres iniciativas empresariales han apostado por Navarra en el desarrollo de la economía circular para los aerogeneradores que se retiren del mercado. Así, EnergyLoop (reciclado de palas en Cortes, FCC e Iberdrola), Waste2Fiber (reciclado y reutilización de palas en Lumbier, Acciona) o Renercycle (reciclaje y reutilización de otros componentes de molinos eólicos en Falces). Por último, el proyecto Beecycle, reciclado y segunda visa de baterías eléctricas, con una empresa local, Beeplanet y la coreana SungEel HiTech en Caparroso. Estas inversiones en nuevos nichos de mercado suponen más de 250 millones de euros de inversión y la creación o consolidación de 300 puestos de trabajo directos.

A todo ello debemos sumarle un ecosistema robusto en estos sectores clave de la S4 con centros tecnológicos, de investigación, de testeo, acuerdos con universidades, con centros de formación profesional y un largo etcétera que hacen que tengamos una de las zonas más industrializadas no ya del Estado, sino de toda Europa. Tenemos un ecosistema completo y muy robusto, para afrontar los enormes retos que tenemos por delante. Todo ello no implica que caigamos en la autocomplacencia. Tenemos un tejido mayoritariamente formado por pymes que debemos de cuidar y apoyar. De hecho, el 92% de todas las ayudas que destina el Gobierno de Navarra a I+d, inversión y competitividad empresarial de destina a pequeñas y medianas empresas.

En definitiva, en un mundo cambiante y lleno de incertidumbre, disponemos de tejido empresarial dinámico que sigue invirtiendo y apostando por Navarra, también en nuevos nichos de mercado, si bien nuestro compromiso es siempre acompañar a las empresas y a las personas y para ello hemos creado desde Gobierno la mesa de la industria con el objetivo de aprobar una Ley Foral que dote de una mejor gobernanza y, sobre todo, que fortalezca el ecosistema de Navarra para poder acometer la doble transición.

*Doctor en derecho y consejero de Industria y de Transición Ecológica y Digital Empresarial