Pocas cosas hay en el mundo que sean tan sencillas de hacer y que tengan un efecto tan positivo, tanto entre quienes sonríen como entre quienes ven esa sonrisa. Y sonreír puede ser igual una respuesta involuntaria a un hecho o comentario, que una elección consciente y poderosa. En ese instante es cuando da comienzo el mejor tratamiento para la salud.

Pero más allá de los hábitos saludables, la sonrisa ayuda a las personas en la comunicación, las relaciones interpersonales y también se identifica como un arma de persuasión en la vida cotidiana.

De hecho, los bebés comienzan a esbozar sonrisas a las cinco semanas de vida, y los expertos han clasificado hasta 16 tipos distintos de sonrisas y risas. Es posible, incluso, detectar la diferencia entre una sonrisa verdadera de una falsa.

He aquí diez beneficios que aporta sonreír que hacen que merezca la pena.

Sonreír hace feliz. La sonrisa se asocia a un estado de felicidad y de alegría, pero los psicólogos han descubierto que el poder de la sonrisa va más allá. Incluso cuando no se dan las circunstancias, el gesto de sonreír mejora el estado de ánimo, favoreciendo las emociones. El cerebro hace que el cuerpo segregue endorfinas, sedantes naturales que hacen sentir mejor y reducen el dolor, el estrés y la tristeza, aumentando la creatividad y la serenidad.

Las personas felices viven más años. Las personas que cuentan con un humor afable y sonríen con frecuencia pueden llegar a vivir hasta diez años más que las que no lo hacen. Según diversos estudios científicos, la sonrisa favorece la mejora general de la salud, y por lo tanto ayuda a vivir más años.

Sonreír mejora la productividad. Al sonreír y echar alguna carcajada en el entorno laboral la persona se siente con más motivación y acaba siendo más productiva en el trabajo. 

Sonreír refuerza el sistema inmunológico. La sonrisa relaja el cuerpo y la mente, provocando que el sistema inmunológico funcione mejor.

Sonreír es bueno para el corazón. La sonrisa reduce la probabilidad de un ataque al corazón. Sonreír disminuye la frecuencia cardiaca, al hacer que los músculos se relajen y trabajen haciendo un esfuerzo menor. Además, la presión sanguínea se reduce y al mismo tiempo disminuye el estrés.

Rejuvenece. Hablando de la sonrisa, los músculos que se emplean para sonreír estilizan la cara, y además, al usarlos con frecuencia, se tonifican y proporcionan un rostro más lleno y agradable.

La sonrisa puede sacar de un apuro. La sonrisa, además de ser el mejor medicamento para la salud, puede servir también como aliado en la vida cotidiana. Para afrontar cualquier percance, culpa o error cometido, la sonrisa suele ser un escudo para reducir cualquier mal trago.

Muestra más seguridad. Sonreír nos hace parecer personas más sociables, exitosas y seguras, y además aporta confianza a quienes la contemplan. 

Amplía el círculo de amistades. Cuando se muestra un carácter alegre, risueño y amigable, se facilita el establecimiento de una buena relación social. Sonreír al instante hace parecer amables y accesibles a las personas en nuevos círculos de amistad o entornos de trabajo.

El mejor maquillaje. El 69% de las personas encuentra más atractiva a una mujer con una simple sonrisa que cuando usa maquillaje.