Garazi Sánchez (Getxo, 1992) compite en la élite del surf internacional y cosechó el mejor resultado de su carrera profesional en 2023, acabando en un histórico decimonoveno puesto en el ISA World Surfing Games disputado en El Salvador. Sin embargo, una extraña lesión truncó su progreso. Los médicos no daban con la tecla y sumió en el desánimo a la surfista de Bizkaia. “Me lesioné la rodilla y no parecía que fuera gran cosa. Lo que pasa es que no sabían cómo solucionar lo que me pasaba y se me hizo muy duro”, cuenta Sánchez.
Aunque resultó no ser tan grave como el aparatoso accidente que sufrió en julio de 2018 (“un largo camino lleno de decisiones e incertidumbre”), decidió refugiarse durante aproximadamente un mes en Barra de la Cruz (México) para “relajarse, meditar y estar tranquila”. Allí, en un entorno natural que conoce de sobra, una especie de hogar alternativo para esta deportista que vive a caballo entre Bilbao y Fuerteventura, donde entrena en los meses de invierno, decidió hacer un pequeño experimento: ¿y si para salir del pesimismo y la ansiedad apagaba el teléfono móvil durante 15 días, aparcando las redes sociales y combatiendo de una vez su dependencia con la tecnología?
“Quería ver si mis miedos desaparecían y mi cabeza empezaba a estar mejor”, dice Sánchez. Y lo que parecía un gesto tan simple como dejar el móvil, funcionó. Digitalmente desconectada, la ansiedad fue diluyéndose y emergió una persona “más alegre, más presente y atenta” que, cuidando su salud mental, disfrutaba de los beneficios de una vida lenta sin necesidad de sumergirse en su tiempo libre en los reels de Instagram o cualquier otro adictivo laberinto de los smartphones. Hay una frase de aquellos días que en Garazi todavía resuena: “Ir más rápido no siempre es mejor”.
Olas y compromiso
‘Vergüenza’. Es el título del documental que la surfista vasca produjo sobre los nocivos efectos del cambio climático en las playas y en los océanos.
Conocer para actuar. “El primer paso es aceptar nuestro desconocimiento y así poder educarnos para poder vivir de una manera más sostenible”, sostiene Garazi Sánchez a modo de eslogan.
De las reveladoras jornadas en México, donde circuló en dirección contraria a este mundo hiperconectado y entregado a las pantallas, surge el cortometraje documental Modo avión, de 15 minutos de duración, que ya ha sido seleccionado en distintos festivales. La película, dirigida al alimón por la propia Garazi Sánchez y la editora de vídeos Iciar Casamitjana, recoge el proceso de desconexión digital en las playas salvajes en el suroeste mejicano. En un momento del corto dice su protagonista: “¿Antes cuántas horas pasaba al móvil? Igual 6 o 7. No lo sé, una barbaridad. Me da hasta vergüenza decirlo”.
En su relato utiliza palabras como “adicta” o “curada”. Habla desde su experiencia. No pretende sentar cátedra.
La surfista de Getxo no pretende sentar cátedra sobre un asunto de las adicciones tecnológicas. Ella, asegura, parte de su experiencia personal para lanzar una serie de preguntas y reflexionar sobre algo que también les está ocurriendo a más personas que sufren malestar por un uso indebido de la tecnología. En su relato, utiliza con total normalidad palabras como “adicta” o “curada”. Su curiosidad innata le ha llevado a tratar de entender qué es lo que le ha generado una fuerte relación de dependencia con el móvil.
El difícil punto medio
Para completar la narración, y ya al margen del documental, Garazi ha entrevistado a una serie de expertos de distintos ámbitos (la neurocientífica Ana Ibáñez, el coach de salud Endika Montiel, el psicólogo Jesús Matós, el activista Jon Kareaga y la televisiva ingeniera aeronáutica Begoña Alday) que podrán verse, en capítulos sueltos, próximamente. En los grises parece estar la solución de la compleja relación con el teléfono móvil: “Para mí, se trata de ser más consciente y hacer pequeños cambios en las rutinas. Por ejemplo, cuando como intento no tener el móvil encima de la mesa”.