"Machos Alfa" nos ha enseñado a todos a cambiar mucho nuestro vocabulario"
Mientras ultima su primera película como director, el actor de Machos Alfa presenta Uno equis dos una comedia negra dirigida por Alberto Utrera, basada en hechos reales, que llega a los cines en agosto
Mientras prepara su ópera prima como director, el actor conocido por muchos gracias a su papel en Machos Alfa llega a las salas de cine para presentar Uno equis dos, una película dirigida por Alberto Utrera y protagonizada por Tejón y Paco León. Basada en una historia real, esta película llegará en agosto a las salas de cine y, en clave de comedia negra, cuenta cómo dos amigos de 40 años se replantean sus vidas cuando están a punto de conseguir un pleno al 15 en el mismo juego al que juegan desde la universidad.
¿Cómo ha sido la experiencia de adentrarse en el lado más oscuro de las personas, analizar cómo cambian cuando hay dinero de por medio?
-Fue un curro muy interesante. Alberto Utrera te lo hace muy fácil. Además, nosotros poníamos el peso en las consecuencias de descubrir la mezquindad de la que estamos llenos, de lo que somos capaces, no simplemente por dinero. Es que en el caso de Uno equis dos es la oportunidad de cambiar tu vida, o por lo menos de la idea de cambiar tu vida. Entonces, Alberto y yo en lo que coincidíamos es en que lo interesante eran las consecuencias de esas decisiones, que tenían que pesar mucho y aun así hacerlo. Ese era el reto y lo interesante de la película.
Todos hemos escuchado historias relacionadas con herencias, loterías, quinielas... ¿Cuál ha sido la más rocambolesca que ha llegado a sus oídos?
-Hay unas cuantas. ¿Lo que decimos de que no conoces a tus hermanos hasta que no llega una herencia y a tu pareja hasta que no llega el divorcio? Pues yo conozco una historia de que al padre de una familia le tocaron muchísimos millones y fue una guerra encarnizada entre los hermanos para ver quién sacaba más y para ver quién se hacía con el control de esos millones, porque el padre estaba muy mayor y no tenía la cabeza en su sitio para manejarlo. Llegaron a estar años de pleitos y a tener la herencia paralizada porque estaba en litigios.
"La revolución será feminista o no será, y nosotros nos tenemos que subir al carro”
Es triste que pasen esas cosas. Historias como esas y películas como esta nos hacen reflexionar bastante, plantearnos qué haríamos en su lugar. ¿Cuál ha sido el dilema más complejo que le ha planteado a usted Uno equis dos?
-Yo creo que el dilema más complejo que tiene mi personaje es “ella o el dinero”. Yo sé que apretar el acelerador e ir a por el dinero a lo mejor supone perder a mi pareja y lucho hasta el final por que eso no sea así, pero luego hay otras tramas que se entremezclan. La decisión es eso, con o sin ella. Creo que era el dilema más interesante de Josu. No tanto el dinero, que él quiere el dinero.
Ante todo, esta película es también una comedia. ¿Cuál es el momento más divertido que recuerda del rodaje?
-Tuvimos muchísimos. Hay un plano, que además está grabado, que le pegamos un susto a Kimberley (Tell, una de las actrices de la película) cuando va a despertar a uno de los personajes. Pero es que luego todo fue un Gran Hermano. Estuvimos perdidos en un pueblo en la sierra en Gran Canaria y vivíamos todos como en una especie de casa rural. Las habitaciones daban todas a un jardín y aquello era un Gran Hermano. Te podías encontrar situaciones... Yo me levantaba por la mañana y salía en calzoncillos a recoger limones. Salía el director y decía: “¿Qué haces en calzoncillos?” (risas). Es que fue muy divertido todo, lo pasamos muy bien. Pero si me quedo con una es con el susto de Kimberley, que yo creo que todavía tiene pesadillas.
Han formado un equipo de diez. ¿Cómo ha sido esta familia que han creado en apenas unos meses?
-Nosotros llegamos como una semana antes para hacer pruebas de maquillaje, vestuario... y fue maravilloso. Adam (Jezierski), que lo quiero y lo adoro, en su habitación se montó un salón de videojuegos. Me convertí en su entrenador personal, y vino todos los días a entrenar conmigo. Las niñas haciendo gimnasia. Luego todos a la playa. La verdad es que fue una aventura y todo fue muy natural. Llegó Paco (León) e igual, como si hubiera estado desde el principio con nosotros.
Tras esta aventura, la primera toma de contacto con el público de esta película fue en el Festival de Málaga. ¿Cómo lo vivieron?
-Málaga fue muy bonito para todos. Yo creo que en esta película teníamos todos como mucha ilusión y muchas ganas de verlo con el público. Nosotros ya la habíamos visto, y es verdad que nos había gustado a todos. Lo emocionante en Málaga fue descubrir que había mucha más comedia de la que nosotros pensábamos, incluso en los momentos más difíciles. Los proyectos siempre se tienen que completar cuando llega el público. El público siempre hace su lectura.
¿En esos descubrimientos por parte del público hubo algo que les sorprendiera especialmente?
-Nosotros pensábamos que cuando la cosa se ponía intensa desaparecía mucho la comedia, y no lo jugamos como una comedia, sino como ir en serio y a tope. Yo creo que la película fue más allá de lo que nosotros teníamos imaginado. Aumentábamos la fuerza y enseguida todos los compañeros se sumaban a esa subida de fuerza. Lo que descubrimos con el público es que tiene mucho más humor de lo que nosotros en principio hubiéramos pensado.
Hay algo que Uno equis dos y Machos Alfa tienen en común, de todos modos. En ambos proyectos han puesto la masculinidad, las masculinidades, frente al espejo.
"El feminismo está avanzando y tiene que avanzar”
-Yo creo que es que es inevitable. La situación ya está así. El feminismo está avanzando y tiene que avanzar. La revolución será feminista o no será, y nosotros nos tenemos que subir al carro. Tanto Machos Alfa como esta película son un reflejo del tiempo que estamos viviendo, de cómo vosotras habéis dado un paso adelante y muchos de nosotros tenemos que hacer una reflexión, mirar para dentro y decir: “Oye, ¿todo esto que yo daba por sentado es así? ¿Me he comportado de manera adecuada siempre a lo largo de mi vida? ¿Tengo que cuidar determinadas cosas?”. Machos Alfa nos ha enseñado a todos a cambiar mucho nuestro vocabulario. De hecho, cuando alguien dice algo que no corresponde, siempre hay alguien del equipo que dice: “Patriarcal”.
Seguramente muchos espectadores también habrán empezado a decirlo cuando ven algo que no les cuadra.
-Claro, es que estamos empezando a tener la costumbre de revisarnos, y eso es maravilloso.
De Machos Alfa tenemos a la vista una nueva temporada. ¿Cómo está viviendo estos frenéticos meses de rodajes, estrenos...? ¿Cómo se compagina todo?
-En mi caso con mucha dificultad, porque a mí se me junta todo. Yo estoy grabando y terminando la cuarta de Machos Alfa, en la promoción de Uno equis dos, en la promoción de ¿Quién quiere casarse con un astronauta? que se estrena el 10 de julio. Y en mitad de todo esto estoy ya en preproducción de mi ópera prima, porque este año dirijo mi primera película, y me voy colocando los huecos como puedo y duermo en los huecos que me dejan (risas). En mi caso, te digo de verdad que lo llevo con cansancio, porque es mucho trabajo, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Meryl Streep decía: “Cuando tienes dos películas en cartel, eso es el éxito”. Yo ya lo he conseguido. Este mes de julio tengo dos películas en cartelera (risas).
Finalmente, ¿le gustaría lanzarle un mensaje a los espectadores que vayan a ver Uno equis dos?
-Les diría que se acerquen con ganas de sorprenderse. El cine de Alberto Utrera me interesa mucho porque siempre es una mezcla de géneros. Sus películas siempre son como artefactos cinematográficos: empiezan en un sitio y terminan en otro y te han cambiado el formato, el género... Eso es maravilloso. Es verdad que no es una comedia al uso, es una comedia bastante negra, pero es muy divertido dejarte sorprender y ver dónde Alberto te va llevando.