Si las villavesas son un servicio público, considero que los horarios de éstas debieran estar programados en función de las necesidades de los usuarios. Pongo un ejemplo: el autobús que va al centro comercial La Morea, una extensión de la línea 17, tiene una frecuencia entre semana de media hora, mientras que los sábados pasa cada cuarenta minutos. Hasta ahí, bien. Pregunta: ¿para qué van los usuarios de villavesa (y el resto) a La Morea? Para comprar, para comer, para ir al cine... De estas posibilidades, la de ir al cine es bastante recurrente, sobre todo teniendo en cuenta que en Pamplona muchas películas se estrenan sólo en los dos cines de la periferia, lo que, por otra parte, me parece de una desconsideración absoluta hacia el espectador. Pues bien. Si uno quiere ir al cine a La Morea a las 16.30 (hora en la que empiezan muchas sesiones, con el aliciente de que es más barato), ¿qué debe hacer? Coger la villavesa que pasa por la avenida de Zaragoza ¡a las 15.30! Que a nadie se le ocurra ir a la parada a una hora razonable, porque no llegará a la película. Yo, el sábado pasado, llegué a las ¡16.29! a la cola de la taquilla, pese a haber salido de mi domicilio con una hora de tiempo. Y luego nos vienen con la retahíla de que las villavesas son un servicio deficitario y bla bla, pero si coger un autobús se convierte en una odisea, ¿les parece extraño que la gente no elija el transporte público?
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