LA alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, se querella con la cantante de rap La chula potra "por injurias". Una vez más la alcaldesa de esta ciudad parece que se quiere despedir del Ayuntamiento a bombo y platillo y amarrando las riendas hasta el último segundo.
En mi opinión, esta querella no tiene otro fundamento que servir de icono representando un último portazo, y la actitud que ha tenido la señora alcaldesa de autoritarismo y soberbia durante demasiado tiempo, por que la canción de La chula potra solo es una canción reivindicativa con unos mensajes hipotéticos y punto, pero en realidad creo que esa querella de la alcaldesa no va solo dirigida a la rapera?. Julieta circunstancialmente puede representar el icono de toda la vecindad de Pamplona-Iruñea que no piensa como la señora Barcina y que no ha querido doblegarse, a pesar de las bofetadas (en más de una ocasión físicas) que han recibido durante doce años por la Alcaldía, una Alcaldía que nunca ha querido dialogar ni consensuar con los distintos sectores de la ciudad los problemas ciudadanos, provocando el enfrentamiento con bofetadas a la plaza del Castillo, Euskal Jai, San Fermín txiquito, a la mayoría de grupos socioculturales y vecinales de los barrios, bofetadas a todo el pequeño comercio que es la vida de la ciudad destruyéndolo poco a poco, permitiendo y favoreciendo la implantación de un gran centro comercial en el epicentro de la ciudad cuando, sin inaugurarlo, Navarra ya era la tercera provincia con más grandes superficies comerciales del Estado (proporcionalmente por habitantes), más bofetadas a la ubicación de eventos festivos populares, incluso de barracas de feria, una tras otra bofetada al Olentzero. Se recordará durante muchos años las pancartas de las peñas de San Fermín en negro por falta de libertad de expresión, bofetadas a los antiguos espacios de la ciudad, caprichosamente irregulares, cálidos, con sensaciones cercanas..., dejando una ciudad con grandes espacios planos, grises, zonas muertas solo para transitar, que te invitan a recorrerlos y no a pasearlos ni disfrutarlos.
Señora alcaldesa, éstas y muchas más son las bofetadas que usted ha dado a esta ciudad y a la mayoría de la ciudadanía, éstas son las auténticas bofetadas reales con odio, de las que duelen a cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad y cariño por su ciudad, sus gentes, su cultura, su maltratada lengua... A usted la sentaron en el sillón de la alcaldía, pero no ha sido la alcaldesa de toda la ciudad. Ahora la señora Barcina se presenta para presidenta de Navarra, por supuesto con todo el derecho del mundo, y yo me hago tres preguntas: ¿El PSN sentará a la ex alcaldesa de Pamplona-Iruñea en el sillón presidencial de Navarra como lo hizo anteriormente en la alcaldía?... Si lo hace, ¿lo comunicará en la campaña electoral para que la ciudadanía sepan lo que votan? ¿O lo hará después de las elecciones como anteriormente desengañando a parte de sus votantes? De cualquier manera, prefiero cien bofetadas de la sana Julieta, que encima son regaladas, que una de la aburridora ex alcaldesa.
Antonio Salinas García