Actitud incívica
Sucedió hace unos días en el centro de Pamplona. Conducía mi vehículo y tuve que detenerme porque el semáforo estaba en rojo. Delante de mí estaba parado un coche de la marca Mercedes (luego diré por qué nombro la marca). De pronto, veo cómo se abre la puerta del conductor del citado coche y, sin ningún tipo de vergüenza, vacía el contenido de su cenicero en mitad de la calzada. Todo el montón de colillas ahí. Sentí tal estupor que no reaccioné a tiempo porque, si llego a hacerlo, le hago una foto con el móvil y la publico para que se vea bien la matrícula y el sujeto de la acción.
¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI ocurra algo así? ¿Por qué tenemos que convivir con esta clase de personajes? La ciudad es de todos. Pamplona somos tú dice el eslogan del Ayuntamiento, y a este incívico e insolidario ciudadano hay que perseguirlo y multarlo ejemplarmente para que la próxima vez que nos quiera demostrar a todos que es fumador lo haga próximo a una papelera o un contenedor.
El caso es que lo conozco, por eso he nombrado la marca de su coche, es un empresario de Pamplona. Así que si alguien lee esta carta y en su entorno conoce a un empresario que tiene un Mercedes, fuma y le importa un bledo el resto de conciudadanos, que sepa que igual conoce al eslabón perdido entre el prehomínido y el hombre de Cromagnon. No quiero ni pensar cómo puede ser el comportamiento de una persona así en su vida diaria.
Naturalmente, no tengo nada en contra de los que fuman ni de los que tienen un coche de la citada marca ni, faltaría más, de los empresarios de Pamplona, pero al que se comporta como en las cavernas en nuestra ciudad hay que dejarle bien claro que tiene que evolucionar y que Pamplona somos todos? menos tú.