"LA separación física de la persona maltratadora de su víctima no evita por sí sola la violencia. Hay que marcar distancia interior y eso sólo se consigue trabajando el duelo que supone la pérdida del amor. Hemos de entender nuestras emociones, saber despedirnos de las cosas y de las personas, aprender a decir no a lo que no nos gusta, a pedir lo que deseemos y a respetar el sí o el no de la otra persona. En suma hay que poner el énfasis en el buen trato y aprender estos valores". Estas afirmaciones las hacía Fina Sanz Ramón, directora del Instituto de Terapia de Reencuentro en la conferencia Del mal trato al buen trato.

El 25 de noviembre es fecha señalada para conmemorar la lucha contra la violencia de género que sufren muchas mujeres. Somos de la opinión de que para erradicarla es importante educar y conseguir en la sociedad la hegemonía de unos valores morales y una ética muy distintos a los actuales; nos parece importante impulsar políticas de prevención, mediante la sensibilización y educación en las escuelas a favor de valores igualitarios entre hombres y mujeres, de respeto mutuo para obtener un trato bueno y respetuoso entre las personas de diferente sexo, porque a veces, aunque no haya maltrato, no nos tratamos bien.

Además de la ayuda de emergencia y apoyo necesario que la ley ya prevé para las mujeres que han padecido maltrato, creemos que es muy interesante fortalecer la autoestima y autonomía de estas mujeres para que puedan rehacer su proyecto de vida y seguir potenciando la participación creciente de la mujer en la sociedad.

Nos parece imprescindible que se diferencien en una escala de diversa gravedad los tipos de maltrato machista. De esa forma se podrán articular distintos y más ajustados mecanismos de protección y se evitará que todo conflicto deba judicializarse. Opinamos que hay maltrato que podría calificarse como leve y que sería más eficaz reconducirlo a través de la intermediación de profesionales y psicólogos que se ocupen de planes de reeducación, apoyo a la mujer y tratamiento terapéutico para los maltratadores.

En esta batalla por la igualdad de sexos es muy importante dirigirse también a los hombres. Pues sólo la conjunción de esfuerzos entre mujeres y hombres nos permitirá avanzar hacia un mundo más satisfactorio.

La desigualdad socioeconómica entre hombres y mujeres continúa y es un obstáculo de primer orden para que las mujeres tengan una autonomía digna y suficiente sobre sus vidas. Es muy necesario atajar esta desigualdad promoviendo políticas activas para las mujeres en: formación e inserción laboral, igualdad de salarios, un salario social para cualquier persona sin trabajo, comedores y guarderías públicas para criaturas conciliando la vida laboral y familiar, fondo de pensiones, ayudas para la vivienda, etcétera. Es decir, una política expresa a favor de las mujeres socialmente más desfavorecidas, que en muchos casos están empobrecidas por el hecho de no vivir en pareja (separadas, viudas, madres solteras...) o por ser inmigrantes. Igualmente, se debe reconocer y remunerar el trabajo doméstico casi exclusivo de las amas de casa junto a impulsar su incorporación al mercado de trabajo y romper con ese rol injustamente adjudicado a la mujer. La suficiencia económica y laboral de la mujer es vital para que tenga una autonomía digna y suficiente sobre su vida.

Isabel Campo y Santi Ducha

Miembros del sindicato Solidari