HERENCIA de las épocas recientes de proyectos alegres ha sido la crisis, la ruina económica, miles de parados y un puñado de mamotretos emblemáticos que jalonan nuestra geografía como monumentos al despilfarro y estupidez política. Muchos otros de estos delirios quedaron en los cajones y otros se encuentran en stand-by, acechando con su lucecita roja parpadeante, y esperando resurgir en el momento menos esperado (o el que más réditos políticos conceda).
Uno de esos desmanes, surrealista como pocos, se presentaba en su memoria de la siguiente manera: La Ciudad de la Seguridad es una actuación prioritaria de interés regional y de alcance internacional integrado en el Plan Navarra 2012, promovido por el departamento de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de Navarra, a través de su Dirección General de Interior. La Ciudad de la Seguridad se constituye como la infraestructura física principal de un proyecto más amplio que es el clúster de la seguridad en Navarra. Este clúster será fruto de la alianza entre todos los operadores públicos y privados que trabajan en el campo de la seguridad en todos sus ámbitos en nuestra Comunidad, liderados por el propio Gobierno de Navarra. Varios clúster más abajo decía: el presente documento recoge la voluntad de la Dirección General de Interior del Gobierno de Navarra,
El rastro de paro y devastación que estos estrategas de perra fácil dejaron tras sí, no aplacaron del todo sus delirios de grandeza (con la money de otro, of course) y con argumentos populistas y manipulados siguieron cociendo el proyecto que próximamente presentarán en sociedad. El parto, con forceps, dará a luz a un engendro fruto de una relación contra natura entre UPN y PSN pero, aunque en un principio en la ecografía parecía niño, otros dijeron más adelante que niña, y al final no se sabe, por no saber, no ya el género sino siquiera la especie.
La entelequia resultante pasaría a llamarse Ciudad de la Seguridad e Innovación, pero su fin último sería alojar un Ikea. Para quien no lo sepa, esta es una cadena sueca expendedora de albóndigas -Köttbullar- y que también vende muebles. Así que, toda esa verborrea adornada de clústeres, excelencia y demás parafernalia que reflejaba la actuación prioritaria de la Dirección General de Interior del Gobierno de Navarra, y que supuestamente recogía su voluntad, sufre una metamorfosis a la sueca, y en vez de desarrollar sus bolsas de suelo, desea expropiar los de otros para beneficiar a una multinacional, azul y amarilla, que consigue la genuflexión foral en forma de PSIS.
Todo ello en un paraje privilegiado, que hasta hace poco debería haber sido destinado para vivienda por cercanía a Pamplona, pero que consejeros de Vivienda inútiles (como poco) y otros especuladores (AHsociados) consiguieron aparcar su desarrollo con el fin de recalificar campos de cereal más lejanos pero más lucrativos (Plan Municipal del Valle de Egüés). La torsión de voluntades gubernamentales que consiguen estas multinacionales (como otra irlandesa, azul y amarilla también, que aunque no venden albóndigas es lo único que le falta), a las que se beneficia y subvenciona con el dinero de los empresarios locales a los que más tarde arruinan, está detrás del problema de fondo de este sistema económico enfermo y diseñado por especuladores.
Ikea y Ryanair coinciden en algo más que sus colores corporativos; ambas representan al nuevo capitalismo low cost (que significa precios bajos, salarios bajos y trato al cliente acorde), y ambas consiguen prebendas de gobiernos de principios, moral y luces también low.
Nos lo meterán por los ojos, y lo venderán a bombo y platillo como fuente de empleo, de oportunidades y de felicidad. Pero tras esa orgía de mesillas de noche, albóndigas, estanterías y accesorios inútiles e imprescidibles con nombres impronunciables, nos va a costar reconocer la prioridad del departamento de Interior en semejante infraestructura, qué carajo tiene que ver esto con los clústeres de la seguridad con que nos embelesaron y cómo se justifica esta expropiación en vez de desarrollar polígonos existentes y vacíos No le voy a echar la culpa a Ikea sino a los que legislan, que lo hacen al son de los especuladores, en su empeño imperturbable de encofrar, ponerle mallazo y hormigonar toda la Comarca de Pamplona.
Fredy Albero Ros