HACE unos días conocimos que el Parlamento de Navarra aprobó la enmienda presentada por el PSN para instar al Gobierno de la nación a que dé marcha atrás en la congelación del salario mínimo (y el IPREM), en lo que centrándonos exclusivamente en el primer tema es muy positivo, puesto que este lleva tres años con pérdidas de poder adquisitivo con el problema que esto supone para unos trabajadores que ya tienen de por sí muy difícil llegar a fin de mes.

Una cuestión que es meramente ideológica, ya que hemos de considerar que su incremento al Estado no le supone ningún dinero extra al no haber empleados públicos que cobren menos de 800 euros al mes, además de que este es percibido por apenas 180.000 personas que pueden parecer mucho, pero que apenas representa el 1% de la población activa de este país. Algo comprensible si tenemos en cuenta que, a pesar de los incrementos durante los cinco primeros años de Zapatero, en la época del primer Gobierno del PP este apenas subió en un 2%, pasando en el 96 de 360 euros a 420 en 2004.

Lo cual ha desembocado en que este se sitúe como uno de los más bajos de toda la UE, a excepción de Portugal y la mayoría de los países del este. Al ubicarse con sus 641,4 euros al mes y catorce pagas al mismo nivel que Eslovenia, y por debajo del de Grecia que tras los acuerdos con la troika lo rebajó hasta los 681, o de los 5,5 euros por hora trabajada que marca Italia (que en una jornada de 40 horas semanales llega a 880 al mes).

Es por esto que la moción de los grupos de izquierdas de la Cámara foral acierta al hacer suya la vieja demanda de los sindicatos de que el SMI se vaya incrementando de forma gradual hasta igualar el 60% del sueldo medio, tal y como marca la Carta Social Europea a la que España se adhirió en plena transición.

Por lo que sería deseable que el nuevo Gobierno de España que ha dado pasos positivos en algunos aspectos como el de limitar las retribuciones de los directivos de bancos y cajas intervenidas, debería tomar nota y subir el salario mínimo tanto como suba el IPC mientras dure la crisis así como incrementarlo cuando empiece la recuperación económica. Seguro que si decidiera hacer caso a esta petición se lo agradecían tanto sus votantes como los que no lo son.

Guillermo Samanes Olleta

Estudiante de Trabajo Social de la UPNA