Intolerable
TRAS habernos convencido los gobernantes de turno de la proporcionalidad y progresividad del nuevo medicamentazo y de su gratuidad para los enfermos crónicos, a la hora de la verdad y como ya va siendo costumbre cuando se trata de asuntos sociales, todo parece resultar al contrario de lo anunciado, como queda reflejado en el Real Decreto Ley 16/2012, de 20 de abril, publicado hoy en el BOE.
El asunto, además de manifiestamente injusto, es muy grave, pues resulta inaceptable que pacientes oncológicos, diabéticos o de sida y todos los crónicos en general, pero especialmente aquellos que necesitan seguida y costosa medicación, y transporte regular y continuado, se vean obligados a pagar cifras que en muchos casos resultaran inaccesibles, como pueden ser: el porcentaje del transporte sanitario no considerado urgente (ejemplo: el de los pacientes de diálisis o rehabilitación residentes en núcleos rurales alejados del centro de servicio), o el 40% del importe de las recetas, que por lo menos tendrán que pagar los trabajadores o parados con subsidio, aunque sean crónicos; y el 10% que de igual modo pagarán los jubilados con pensiones contributivas; pero con el agravante además de que estos últimos tendrán que financiar ese ilimitado importe, dispongan o no de él, hasta durante 6 meses antes de que su respectiva comunidad autónoma les reintegre los excesos que hayan podido pagar sobre los máximos mensuales de 8 y 18 euros que corresponden a las pensiones de 641 euros y 2.497 euros. Otro extremo que cuando menos a mí no me ha quedado claro es cuál ha de ser el precio base de referencia de los medicamentos para el cálculo de los porcentajes a pagar, si el realmente pagado en cada ocasión por el servicio de salud en las subastas que ahora celebran con los fabricantes, o si desvergonzadamente pretenden hacer negocio cobrando sobre el PVP, que por cierto hace un tiempo que ya no figura en muchos envases. Tampoco cuál ha de ser el copago de las altas pensiones como las de los expresidentes, etcétera.
Esta forma de actuar engañosa, fraudulenta, desconcertante y solo aparentemente improvisada, se está convirtiendo en norma de este embaucador y avasallador gobierno que presumiendo de principios, honestidad, claridad y transparencia, nos confunde por sistema para retrotraernos a condiciones sociales propias del más inhumano y salvaje capitalismo, ahogando sin ningún tipo de compasión a las clases trabajadoras en beneficio del capital y de sus empresas.
Son medidas injustas, insolidarias y nada cristianas que penalizan inhumana y desproporcionadamente a los enfermos y a las clases más desprotegidas, y es por eso que los trabajadores y jubilados debemos oponernos a ellas ética y democráticamente con todas nuestras fuerzas y haciendo uso de todos los resortes legales y parlamentarios, como puede ser en el caso de Euskal Herria con el ejercicio del pase foral, tal como muy acertadamente lo apuntaba públicamente alguien ayer. Y cuanto antes lo hagamos será mejor, pues esto tiene todas las pintas de seguir por los mismos derroteros y siempre contra los mismos.
Existen miles de partidas realmente superfluas y suntuarias por suprimir antes que recortar los derechos sanitarios, que deben racionalizarse y optimizarse como todos los demás, pero sin que ello suponga poner en peligro ningún tratamiento necesario y menos los de enfermos crónicos, pues ello nos obliga a todos a plantarnos.
Patxi Ventura Sanjuán
Militante de EKA