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Mutis por el foro

hAY algo de impúdico en el desnudo integral que los aplaudidores oficiales del aguirrismo están protagonizando en las hagiografías con que despiden públicamente a la lideresa. Como si el paso de Esperanza Aguirre por la política -35 años para ser sólo una actividad de paso, según ella misma- hubiera sido el periodo más idílico de la humanidad en Madrid. Como si su llegada al poder tras unas elecciones que perdió frente a la izquierda madrileña no hubiese tenido su origen en uno de los más escandalosos casos de corrupción política, el tamayazo. Es cierto que desde entonces, Aguirre ha tenido el respaldo claro y mayoritario del voto, pero eso no justifica los numerosos desmanes democráticos de su acción de gobierno. A Aguirre le resaltan quienes le ensalzan su liberalismo. No sé realmente qué significado le otorgan a esa, al parecer, cualidad distintiva de la expresidenta de Madrid. Más allá del uso y abuso del término. Quizá sólo sea una utilización tópica del lenguaje para ocultar su gestión desastrosa en Bankia, el despilfarro de millones de euros en campañas de propaganda personal, el férreo control ideológico de la televisión pública Telemadrid, en la que Aguirre despedía y designaba tertulianos y periodistas en función de su capacidad de halago, su oscurantista gestión para el establecimiento de Eurovegas, el desmantelamiento de la sanidad y la educación públicas, o la trama de espionaje policial a los adversarios políticos de su propio PP. En realidad, Aguirre se marcha tras su derrota política frente a Rajoy. Intentó echarlo y ocupar su puesto y fracasó. Eso debe ser lo de liberal, mutis por el foro cuando sabes que has perdido.