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Llamando a las puertas del infierno

Comenzaré hoy mi intervención manifestando mi más absoluto desconcierto. He tenido que enterarme por la prensa de la fiebre de las fofuchas, algo totalmente impropio de mí. ¿Dónde estaba yo mientras esa fiebre de las muñecas personalizadas avanzaba hasta "ocupar" Mendillorri? Sorry. (Echémosle al menos poesía al tema, o digamos rima). Supongo que en otras ocupaciones. Imperdonable lapsus mental.

Sin embargo, como adscrita al género de las pequeñeces, me reconforta sobre manera saber que las fofuchas "ocupan" no sólo Mendillorri, sino también la atención de ustedes, y de hecho era de lo más leído el otro día en la web de este periódico, sólo superado por el anuncio de El Drogas, y porque con eso, sencillamente, es imposible competir. Hay que ver la cantidad de cosas que el respetable tiene que decir sobre esta complicada historia, casi daban ganas de intervenir en los foros, sino fuera porque aún estoy descifrando el mensaje. Voy por lo de las puertas del pabellón, los pares, los nones y todo eso. Qué quieren, no doy más de mí. Siempre he tenido claro que el saber ocupa lugar, y a mí me va cabiendo ya lo justo

En todo caso, me dan las entendederas para ver con meridiana claridad que el Anaitasuna y alrededores van a estar unos días más petaos que el espacio sideral, que está a tope, aunque el amigo Armentia me asegure lo contrario. Dice él que no es tan fácil encontrarse con otros en el espacio como plantean en la película Gravity, pero yo lo que veo, Javier, es que allá hay más gente que en la guerra. Y espérate la que va a llegar. Hasta de paseo con la antorcha olímpica ¿Quieres más? Erasmus pocos y parió Lady Gaga, que anuncia concierto por allá, no sé si en su caso a las puertas del infierno, también en días alternos. Ojo que no se entere ésta de la que se prepara dentro de unos días en el Anaita, que se nos presenta. Como quiera va a dejar pasar la ocasión. Knock knock knocking on heavens dooooooor?