La guerrilla pastelera no empezó en Toulouse. Fue Noël Godin, alias George Le Gloupier o El entartador belga quien en los sesenta comenzó con este activismo de nata y crema que daría lugar a la International Pâtissière. La Internacional Pastelera del payaso y escritor inspiró la acción humorística de Mugitu!, cuando hace dos años entartaron a la presidenta de Navarra en protesta por su proyecto del Tren de Alta Velocidad. Desde entonces, Yolanda Barcina comparte lugar en la historia y en la Wikipedia con Helmut Kohl, Jacques Delors, Bernard Henry-Lévy, Marco Ferreri, Jean Luc Godard, Bill Gates y hasta Nicolas Sarkozy, todos ellos a su vez entartados en alguna ocasión por el movimiento pastelero.

Aunque en Francia la pena máxima por un tartazo haya sido 400 euros, aunque los políticos vecinos asuman que el descontento popular se incluye en su cargo, y aunque el juez de Toulouse ya archivó la causa, la presidenta y la fiscalía piden para los tartalaris penas de entre 5 y 9 años de cárcel y fuertes multas. "Ofendida y humillada" dijo sentirse en la revista Mujer Hoy, así que nada de asumir descontentos ni de savoir faire. Contra el merengue francés, primero, se usa jabón y champú, luego se lleva el caso a la Audiencia Nacional, y después en los Presupuestos de 2014 se incluyen 102 millones más para gastar en el único tramo del TAV que se construye en suelo foral, entre Castejón y Pamplona, y que no conecta con ninguna parte.

Sin mal humor, pero con mucha cordura, los técnicos de la Fundación Sustrai han solicitado a los tribunales la paralización cautelar de esas devastadoras obras, que tienen nulas o caducadas su declaraciones de impacto ambiental y que por eso son, además, ilegales. Mientras, y aunque la cosa no está para muchas risas, el buen humor sigue siendo un arma fundamental para la oposición al TAV, que ha convocado para el sábado una protesta de irreductibles galos contra el absurdum maximum de construir 69 kilómetros de Alta Velocidad al precio de 675 millones de euros, como si los navarros no tuviéramos nada más urgente en qué gastarlos.

¡Ay, los tribunales! Tampoco ayer nos dieron un día bueno con el fallo del Prestige: vierte al mar 67.000 toneladas de crudo, que saldrás absuelto, pero no tires una tarta de merengue a la presidenta de Navarra, que te pueden condenar a nueve años de cárcel.