¿Eres una de esas personas que está preocupada por el mantenimiento del comercio en el Casco Viejo y con el plan de amabilización de reciente instauración?

Empecemos refrescando la memoria?

Hace ya más de veinte años que no está permitido aparcar en el Casco Viejo y, para mitigar en parte su impacto, la asociación de comerciantes apoyó la construcción del parking de la plaza del Castillo, apoyo que supuso la destrucción de la incalculable riqueza patrimonial que contenía su interior. En cualquier país con una normalidad democrática y cariño por lo propio no se hubiese consentido semejante disparate, por no hablar de las consecuencias penales que hubiera traído consigo semejante actuación.

Transformando su interior en un museo como se ha hecho en muchas ciudades, la plaza del Castillo hubiera sido uno de los focos de atracción turística más importante de Pamplona, con todo lo que hubiera supuesto la llegada de modo permanente de miles de visitantes al mismo centro del Casco Viejo pamplonés.

Hay que recordar también que el mayor plan de amabilización de nuestra preciosa ciudad lo realizó el equipo de la exalcaldesa Yolanda Barcina, peatonalizando toda la avenida de Carlos III desde la plaza de la Paz hasta la plaza del Castillo.

Pero no nos engañemos, el mayor golpe al pequeño comercio en general, y al del Casco Viejo en particular, fue la emergencia del nuevo modelo de consumo que se ha desplazado en sus compras a los grandes centros comerciales del extrarradio pamplonés. Otro factor importante ha sido la instalación de El Corte Inglés en un solar previamente determinado para la Biblioteca General. Importante en su época fue también el no haber sabido aprovechar los preciosos edificios que tenemos en el Casco Viejo para albergar muchas de las instalaciones de la Universidad Pública de Navarra y lo que ello hubiese traído de movimiento en hostelería y comercio en general. También ha influido en ello el no contar todavía una línea de villavesas que conectara el resto de la ciudad con el Casco Antiguo.

Todo ello ha contribuido al decaimiento del comercio clásico, pero si realmente nos preocupara la rehabilitación integral del Casco Viejo tendríamos también que cambiar los hábitos de consumo dirigiéndolos hacia los pequeños comercios y establecimientos que todavía se encuentran en él.