a obsesión de la derecha con el inglés corre paralela con su obsesión por minusvalorar o difuminar el euskera. No se sabe en qué porcentajes conviven estas obsesiones dentro de cada cual, porque en algunos apenas hay aprecio por el inglés pero sí desprecio por el euskera, en otros una cosa media y en otros -pocos- sin más obsesión anglosajona. Ahora este cacao se cuela en las Escuelas Infantiles 0-3 años del Ayuntamiento de Pamplona, donde se quiere meter con calzador el inglés en los modelos ya existentes, que son en castellano y en euskera. Da igual que todos los estudios pedagógicos y lingüísticos del universo te digan que lo mejor hasta unos ciertos años es la inmersión total y la no inclusión de terceras lenguas en detrimento de esas primeras, sino esperar a que se asienten los niños y niñas en el dominio total de esa lengua o dos lenguas iniciales para posteriormente ir introduciendo una tercera. Da igual: Maya y su gente ya anuncian la oferta para las escuelas del curso 2021-2022 y lo hacen en contra no ya solo de esos criterios sino de todas las direcciones de las escuelas, todos los sindicatos y el sentido común. La premisa pedagógica imagino que es la de siempre, la que se usó con el PAI, cuando no había -ni hay- profesorado preparado para impartir asignaturas con el nivel adecuado: el inglés en sí mismo es bueno. Bien, los langostinos también son buenos en sí mismos pero no por ello se los echamos a los críos dentro de la taza de leche cada mañana. Les resbala, les resbala porque tienen muy clara su hoja de ruta y tiene muy claro que los años que se ofertaba Modelo D y no PAI las matriculas del D subían como la espuma -saber dos idiomas desde pequeño es mejor que saber uno- y eso no les gusta. No les preocupa que esté ahí como una cosilla pequeña en una vitrina, pero nada más. En cuanto las cifras preocupan, a por ello con todo. No hay más explicación.