e ha montado una mediana porque unos castas de RTVE que ponen rótulos al dar la noticia de que la hija mayor del hijo menor del fugado a los países árabes se va a ir a estudiar a Gales pusieron en el rótulo Leonor se va de España, como su abuelo. La que se ha montado es que al parecer a los responsables de rotular la noticia les han puesto no sé si de patitas en la calle -igual son funcionarios- pero sí han sido relevados de su cargo y ha pedido disculpas en RTVE hasta el conserje, que es lo que hay que hacer cuando algo molesta a los elegidos por la gracia de Dios. Total, por decir la verdad. Porque Leonor se va a ir de España, a estudiar -con cargo al erario público, dicen que lo pagan sus padres, pero es que a sus padres les damos 400.000 anuales-, algo que también hizo su abuelo, que lleva fuera de España -con cargo al erario público- varios meses, una vez que se fue destapando que amén de campechano era más cosas, fíjate tú que sorpresa todo. En su conjunto, la escena no hace sino plasmar que vivimos en un país atrapado hasta las trancas en el meapilismo más ramplón, en el cual no se puede ya ni decir siquiera la verdad, aunque sea una verdad que se diga de una manera sarcástica y se haga en un medio de comunicación que precisamente por ser público nos representa a todos. No se falta el respeto a nadie, ni se miente, ni se interfiere ni disturba en ningún caso la vida de una chica de 15 años, que es otro de los temas favoritos de los meapilas: es una niña de 15 años, chi chi chichi chi. Sí, claro, es una niña de 15 años, nadie está hablando de ella en términos negativos, pero si miras el contrato -que no te han dado a firmar, no lo olvides, ese contrato tiene una firma unilateral- es la sucesora número 1 de todo este tinglado. Pero bueno, nada sorprendente si vemos que aquí hasta vas a la cárcel por cantar, por mucho que te pueden disgustar unas canciones.