Acertadísimo su escrito del pasado día 14 de septiembre en DIARIO DE NOTICIAS. Da mucho que pensar. Es mi opinión. Aunque las opiniones cada cual tiene la suya. En alguna ocasión lo he mencionado en este mismo medio.Ahí donde expone "hay que saber con quién se habla", me trajo a la memoria una reseña de hace unos años en la que describí las consecuencias de un hecho histórico sucedido allá por el año 1548, cuyo protagonista, Lope de Aguirre, demostró lo acertado de su exposición.No lo repetiré por aquello que me tachen de pelma, simplemente evocar lo aprendido. No solamente hay que saber con quién se habla, hacerlo requiere ciertas normas elementales. Ojo con lo que se dice, cómo lo haces y la cara que pones. Como muy bien lo reflejas, el rostro ofrece el estado de ánimo de la persona. Quizá, en ocasiones, el interlocutor lo merezca, depende de las circunstancias.Lo sé por experiencia propia. A lo largo de mi vida laboral desempeñé diferentes funciones como técnico. Mi puesto de trabajo se extinguió, desapareció, para mi disgusto. Fui destinado a atención al cliente. Traje, corbata y sonrisa en el rostro. Quien haya desempeñado actividad similar o parecida sabe por qué lo digo. Aunque la rabia y la furia te corroan por dentro, había que ofrecer buena imagen. Puro cinismo. Y a la hora de hablar, como decía más arriba, con sumo cuidado de no utilizar palabras altisonantes o molestas. Por aquello de que cada cual es libre de ser más o menos susceptible.La jubilación vino de perlas para reestablecer el ánimo. Aunque en ocasiones no pueda evitar respuestas tajantes, secas. En cierta ocasión, alguien se atrevió a decirme en público, ante testigos, que hablo demasiado. La contestación y la expresión del rostro lo dijeron todo. No hacía falta ser sabio para deducirlo: "El día que no hable, malo". Soy del signo Leo. Nos caracterizamos porque no podemos ser muy cariñosos. O todo lo contrario, fríos como el hielo. Me tengo por persona sociable, me gusta dialogar con los vecinos. Hasta ahí todo bien. Pero que me traten de charlatán delante de otras personas es algo que tiene solución. No hablar con nadie. No puedo evitarlo, soy así.Saludos Maite.