e tiene muy intrigada lo que cobran las influencers por cada publicación que cuelgan en redes sociales como Instagram. Ahora que ha terminado la pandemia están en todas partes, estupendas, las vemos en la Feria de Abril, en todos los saraos o en el baño de su casa. Ya es una profesión reconocida. Las marcas están como locas con ellas y cierran en algunos casos acuerdos millonarios, y digo ellas porque la mayoría son mujeres, y no sólo con estrellas de la música o de televisión sino perfiles menos conocidos pero con mucho tirón en las redes. Lo importante es que tengan alto grado de engagement: compromiso entre su audiencia: likes y comentarios por foto. Vamos lo que te ven en el móvil por posar con el jersey de última moda de una firma comercial. Nuestra popular navarra Verdeliss (ocho hijos) puede vivir de las colaboraciones con diferentes marcas de juguetes o papelería (unos 1.500 euros por vídeo que sube a Youtube) o en programas televisivos de Amazon. Me consuela pensar que dentro de este mosaico no solo triunfan los cuerpos diez, que hay mujeres que venden otros talentos. Como Carolina Iglesias, la humorista conocida como Percebes y Grelos que triunfa en redes con su podcast Estirando el chicle en el que entrevista a personajes conocidos. O el médico, investigador y escritor Salvador Macip, que hoy entrevistamos, con 22.600 seguidores en Twitter que dice que en diez o quince años veremos las primeras pastillas envejecimiento.... Igual tenemos que poner a científicas y científicos ropa de marca para conseguir patrocinadores! ¡Qué mundo éste en el que vivimos!