as peñas de Pamplona han comenzado un proceso para conocer la situación en la que se encuentran y, a partir de ahí, trabajar un futuro que se adapte y ayude a pensar en otros modelos de Sanfermines. En lógica, lo primero ha sido elaborar un diagnóstico y los datos sorprenden. Veamos, esta federación reúne 15 peñas afincadas en la capital y una, en Ansoáin y entre todas suman 5.173 socios. Dicho en plata, si Pamplona cuenta con unos 200.000 habitantes, más o menos el 2,5% es peñero. Mucho no es, desde luego. Volvamos a los números: del total de socios, el 80% son hombres. Es decir, hay 1.061 mujeres en estas asociaciones, lo que representa un 1% raspado de las féminas que habitamos la ciudad. De nuevo, poco parece. Con todo, alguna peña supera este porcentaje tan exiguo -encabezadas por el Muthiko con un 26% de mujeres- y otras (no daré nombres para no sacar los colores) no llegan al 11% de participación femenina. No tengo espacio ni conocimiento para intentar buscar siquiera una explicación a estos radicales datos y me quedo con la voluntad expresada por la federación de impulsar procesos que faciliten la igualdad entre mujeres y hombres en sus peñas y en la fiesta, además de transmitir su esencia, identidad y valores a las personas socias y al resto. Ardua tarea les espera.