Volando voy, volando vengo es el estribillo de una popular canción que refleja la realidad mediática de un programa de entretenimiento de la Cuatro, conducido por el popular Jesús Calleja, mezcla de periodista, animador y mago de la entrevista y el reportaje. Este pequeño duende de la tele, se asoma los miércoles a las pantallas con su flamante helicóptero con el que recorre la geografía de la tierra rural y deshabitada que pretende animar, refrescar y si es posible revitalizar. Tiene el profesional en este nuevo reto televisivo la intención de jugar en torno al pequeño ingenio volador, de hacer del viaje aéreo con la presencia del protagonista en la pequeña cabina, un elemento singular en la producción televisiva. Este bautismo del aire es el imán que atrae a los famosos, desconocidos, populares, curiosos que gozan de la experiencia, de la mano de Calleja, contemplando la geografía intensa, extensa y curiosa que se puede ver desde las alturas. Este trajín, este ir y venir, y así crear una dinámica mediática de producto logrado, cerrado y válido para la hora del prime time. Ya sea entrevistando a famosos como Milá, Paquirrín o Prat o buscando en pueblos perdidos de la geografía rural a personajes con escasa relevancia social, Jesús Calleja hilvana sus programas con ritmo, excelentes imágenes y secuencias emotivas. Tiene Calleja la habilidad cercana de la conversación con individuos con chispa y arraigo popular. El programa tiene un ramalazo de reportaje bueno cuando nos muestra un pueblo que se pone a la labor de recuperar un jardín renacentista, la fonda/bar cerrada y abandonada o restaurar un telón publicitario de proporciones gigantescas. Este escurridizo y saleroso presentador es ejemplo vivo de cómo hay que hacer tele de interés, empatía y cordialidad.

Fe de erratas. En la columna de la pasada semana se deslizó un error en la titularidad de Zapeando, programa de La Sexta del grupo Atresmedia y no de Mediaset.