El campo sigue estando tan seco que, tal y como relatan los vecinos de San Martín de Unx, los días de mucho calor siguen temblando por lo que puede volver a ocurrir. Y no es para menos. La media de las temperaturas máximas este mes de julio ha sido en Navarra de 5º por encima de las más altas registradas a lo largo de la historia de las diferentes estaciones (40,3º en Iruña el pasado día 17). Y sigue sin llover. Una de las mayores amenazas ecológicas de este país ya son los grandes incendios forestales. En los últimos años, han crecido en número y devastación. Un 11,57% respecto a la media de la última década en el conjunto del Estado. Incendios tan feroces que incineran bosques enteros y sus semillas, es decir, dejan el suelo sin capacidad de regenerarse de tal modo que el paisaje muta de pinares o robledales a pura maleza. El abandono del medio rural y la despoblación ha hecho que el trabajo de limpieza de los bosques que se hacía de forma manual desaparezca. Las ramas muertas se retiraban porque, además, se aprovechaban, mientras que el ganado limpiaba el matorral del monte. Por no hablar de la vigilancia de pastores que actuaban de guardabosques porque había caminos abiertos en todos los montes. Ahora dicen que los nuevos agentes forestales son sensores térmicos que se colocan en las torres de telefonía y en drones que se desplazan por zonas altas en busca de puntos calientes. Drones que también sirven para bombardear semillas y plantar millones de árboles desde el aire. Habrá que confiar en ellos. Eso si no falla el suministro eléctrico...