Me voy a informar desde Italia de la mentiras de Georgia Meloni. Porque tal y como funcionan por aquí sus colegas, usan la mentira programada, estudiada por técnicos. Me comenta una amiga italiana desde Italia, que para los italianos como ella es un fascismo puro y duro; claro, ella es de izquierdas, aunque haya nacido en el pueblo de Musolini. Me comenta que Meloni dice que no está contra el aborto, pero quiere defender el derecho de las mujeres a no abortar y apostilla mi amiga: “¿qué coño quiere decir eso?” Juegan al despiste. Es la prueba evidente de cómo funcionan en todos sitios los fachas. Primero disimulan mintiendo y después lanzan algo falso, oscuro y retorcido. Pero lo que claro y diáfano es que niegan la violencia sexual, el que los hombres sean los que maltratan y matan a las mujeres, de que los homosexuales son unos maricones de mierda, las mujeres lesbianas tortilleras, lo de Sudamérica sudacas, los negros negratas hay que mandarlos a su tierra, prohibirles entrar y poner más concertinas en las fronteras. Dios, Patria y Rey, unidad de la patria, anular las autonomías, cerrar los puertos a los que vienen en pateras, no abortar. Solo las hijas de los ricos en Londres y que no paguen impuestos, porque eso atrae a más ricos. Y más lindezas de ese pelo. Lo mío para mí y lo tuyo para los dos. Ese es su objetivo: tapar la lucha obrera contra la desigualdad. Solo le falta berrear discursos, cristiana de mujer con la camiseta del Che Guevara. Al tiempo.