Primer ejecutado por las protestas de la dignidad en Irán: Se une su nombre a las incontables víctimas de la siniestra policía del régimen islámico en los últimos dos meses y medio. Le ha tocoado, con todo, el triste honor de estrenar la lista de ajusticiados oficialmente. Supongo que, de algún modo, los ayatolás quieren compensar la derrota de haber tenido que retirar la llamada policía de la moral. Sus delitos, según la delirante setencia han sido “perturbar el orden público, corrupción en la tierra, coordinación para cometer crímenes contra la seguridad nacional y declararle la guerra a Dios”. Este es el minuto en que no se ha escuchado media palabra de condena de su asesinato entre los que, a este lado del mundo, pasan por ser los más progres del Universo.
