Han pasado cuatro años y el edificio de los Caídos sigue siendo lo que era: el segundo monumento franquista más grande de cuantos se erigieron en memoria de la Dictadura. Cuarenta y siete años después de la muerte de Franco el edificio levantado en memoria de los vencedores mantienen las arengas y mensajes belicosos dibujados en la cúpula aunque ya se retiraron de su interior los restos de varios militares golpistas. Su transformación o derribo deberá ser abordado en la próxima legislatura. La exposición de los 48 proyectos presentados al concurso de ideas que en 2018 puso en marcha el cuatripartito para la transformación del edificio y su entorno es el vivo ejemplo de lo que ha sido una legislatura perdida en la que no se han abordado ninguno de los retos que el equipo de gobierno tenía por delante. Maya hablaba ayer de la necesidad de una comisión de expertos que sería la tercera de estas características para fijar criterios sobre el futuro edificio y para ocultar la falta de voluntad política para resignificar este monumento y mucho menos para derribarlo. Es una más. Como sucedió el año pasado y en 2019, el primero de la legislatura, el equipo de gobierno deberá prorrogar el último presupuesto tras tumbar la oposición las cuentas de 2023. El único presupuesto aprobado en ocho años de alcaldía fue el de 2021 y gracias al pacto con el PSN. Es el triste balance de un mandatario cuya continuidad sigue siendo una incógnita sujeto además a la inestabilidad de un final de legislatura inmerso en una coalición dividida. El Ayuntamiento termina además el mandato con mayor deuda (se incrementa hasta los 40 millones), los niveles de ahorro bajo mínimos (quedan 7,4 millones de remanente frente a los 35,6 de 2020) y sin acometer inversiones previstas de alto interés para la ciudadanía como las huertas de Santo Domingo, el puente de Trinitarios, los Caídos y la plaza de la Libertad, la antigua estación de autobuses, el paseo de Sarasate o la rotonda de San Jorge. Por no hablar de la crispación que ha generado entre los colectivos populares a los que ha negado incluso tras la pandemia que puedan circular por las calles en un absurdo ramalazo autoritario. Maya no ha logrado negociar no sólo con EH Bildu, tampoco con Geroa Bai y lo intentó infructuosamente con el PSN. Formaciones que por cierto están apostando por pesos pesados y nuevas caras para sus nuevas candidaturas en la que se aventura una contienda muy dura la de estas próximas elecciones.